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Con la tabla bajo el brazo por las mejores playas de Nueva Zelanda

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Poca gente y olas perfectas, un combo ideal para los que se largan a recorrer el país con la idea de aprender el deporte sin testigos a la vista.


No tiene las olas altísimas ni el agua templada de otros países, pero con sus 15.134 kilómetros de costa distribuidos entre menos de cinco millones de habitantes, Nueva Zelanda es un destino tentador para los surfistas de todo el mundo por la cantidad de playas desiertas que ofrece.

"Hay otros países, como Australia, donde el surf es un deporte mucho más popular, pero aquí la ventaja es que podés encontrar muchas playas de olas perfectas para uno solo", cuenta el instructor de surf español Marc Solá, de la academia Surfaris, que viajó al país atraído por las posibilidades que ofrece para practicar este deporte.

No es que los surfistas en general busquen playas solitarias porque sean ermitaños o esnobs, sino por una razón muy lógica: cuanto menos personas en el agua, más olas para cada uno. Además, la concentración de personas en el agua, sobre todo de principiantes, aumenta la posibilidad de accidentes. Solá explicó además que, como si fuera una carretera, el agua tiene sus propias reglas o códigos de tránsito.

La principal es que siempre tiene prioridad el surfista que arranca más cerca del punto donde rompe la ola. También tienen preferencia los locales, como se denomina en la jerga surfista a los habitués de determinada playa. Por esta razón, tanto él como la mayoría de los surfistas guardan en secreto sus playas preferidas, y a la hora de elegir una prefieren nombrar a Raglan Beach, la más popular del país.

Raglan es un pueblo de unos 2700 habitantes al oeste de la Isla Norte, que ofrece hoteles, posadas, restaurantes y bares, la mayoría con decoración y oferta gastronómica inspirada en el mar. Sus playas son de arena negra, como la mayoría de las que bordean el mar de Tasmania. Las preferidas para el surf son Whale Bay, Indicatiors y Manu Bay; esta última aparece en el documental de surfistas The Endless Summer (El verano interminable), dirigido por Bruce Bowen, en 1964.

A la misma altura que Raglan, pero en la costa opuesta, sobre el Pacífico, está el balneario Mt. Maunganui, con un arrecife de coral de 250 metros que produce olas gigantescas.

Piha Beach
Al rescate 

Siguiendo por el mar de Tasmania hacia el norte está Piha Beach, otra playa de arenas negras, muy reconocible en las fotos por la silueta de la Lion Rock, una roca volcánica de cien metros que divide la playa en dos partes. Al estar a sólo 40 kilómetros de Auckland (que, con más de un millón y medio de habitantes, es la ciudad más poblada del país) es también muy populosa. Esta fue la playa que eligieron para incursionar en este deporte Nicolás Pilatti (32) y Francisco Volpe (28), dos ingenieros en sistemas argentinos actualmente radicados en Auckland.

En la primera lección les enseñaron técnicas para mantener la gravedad sobre la tabla y pararse. "El surf es difícil, pero no tanto como parece. Nosotros dos aprendimos a pararnos en la primera clase", contó Pilatti. El precio promedio de una clase de dos horas ronda los 60 dólares con traje térmico de neoprene y tabla incluida; en sitios Web de descuentos como Grabone, One-day o Grupon se pueden encontrar ocasionalmente ofertas especiales. "Una de las facilidades que tenés estando en Nueva Zelanda es que siempre estás cerca de una playa donde podés practicar y el costo del equipamiento es accesible. Además los paisajes son espectaculares", agregó Volpe.

Una tabla nueva supera los 400 dólares, pero se puede conseguir una usada por alrededor de 200 o menos, y los trajes térmicos pueden llegar a valer 330 en las mejores marcas. "Pero si buscás ofertas encontrás, yo por ejemplo encontré una tabla usada a 80 y un traje (nuevo) a 40", aclaró Volpe.

Aunque en esta playa hay que tener cuidado con las corrientes como lo demuestra Piha Rescue, un reality show neozelandés que desde 2001 filma los salvamentos que realizan diariamente los salvavidas locales. Igual de peligrosa es su vecina Muriway, otra playa de arena negra y fuerte oleaje unos kilómetros más al norte.

Tawharanui Regional Park
Tu ruta es mi ruta 

Varios cientos de kilómetros más al sur está la ruta 45, que bordea la península de Taranaki desde New Plymouth hasta Hawera y es conocida en el país como Surf Highway 45 Taranaki por la cantidad de playas aptas para el surf que contiene en sus 105 kilómetros de largo. Siempre con las agitadas aguas del mar de Tasmania de un lado, y del otro el extinto volcán Mt. Taranaki, de aproximadamente 2500 metros.

Kaikoura, Christchurch y Dunedin son tres de los puntos más populares de la montañosa Isla Sur, todos sobre el Pacífico. En esta región el agua es más fría, por lo que siempre es necesario utilizar traje completo de neoprene; en verano promedia entre 13°C y 15°C, y en invierno, entre 10°C y 12°C. Sin embargo, en la Isla Norte a veces se puede practicar surf con bermudas, usando sólo la chaqueta de neoprene, porque en verano la temperatura generalmente varía entre los 14°C y 19°C, y en invierno, entre 13°C y 15°C.

Así que ya sabe: si está buscando un lugar para debutar en el surf sin que nadie presencie sus papelones de principiante, encontrará playas desiertas a piacere en los 15.134 kilómetros de costa neozelandeses. Después, ya con más cancha, podrá mandarse la parte en las populosas Raglan o Piha, el lugar al que ir cuando se quiere ver y ser visto.



Paige Hareb (22), campeona neozelandesa de surf
¿Cuál es para vos el surfista más importante de la historia de Nueva Zelanda?

Maz Quinn, porque fue el primer kiwi en competir en el ASP World Tour (en el 2001) y nos dio a todos algo a lo que aspirar. (Este es el campeonato de la Asociación de Surf Profesional, donde cada año compiten los 44 mejores surfistas hombres del mundo. Las mujeres tienen su competencia aparte, el ASP Women`s World Tour, y Hareb se convirtió en 2008 en la primera neozelandesa en ingresar a la competencia)

¿Dónde están las olas más altas de Nueva Zelanda?

Probablemente en la Isla Sur, donde pueden alcanzar hasta 20 pies (unos seis metros).

¿Y las más largas?

Calculo que en el Norte, cerca de Whangarei.

Al ser Nueva Zelanda un país relativamente pequeño: ¿conocés personalmente a la mayoría de los surfistas profesionales de su país?

Conozco a muchos de ellos, pero como ya no voy más a las competencias neozelandesas y hay muchos surfistas nuevos cada año, cada vez los conozco menos.

¿Crees que los surfistas neozelandees tienen algo diferente a los del resto del mundo?

La única diferencia es probablemente que recibimos menos fondos y apoyo que los campeones de otros países.

¿Cómo te llevás con las campeonas de surf Latinoamericanas?

Sofia Mulanovich (Perú) es una buena amiga, viajamos mucho juntas y competimos entre nosotras varias veces. También me llevo muy bien con Ornella Pelizzari, de Argentina, y con Silvana Lima y Jacque Silva, de Brasil. ¡Adoro a los latinos!

¿Cómo describirías a Oakura Beach, tu playa local?

Tiene arena negra y está rodeada de vistas hermosas. Aprendí a surfear ahí, papá me largó sobre las olas cuando tenía seis años, así que siempre la voy a amar.

¿Qué playa de Nueva Zelanda le recomendaría a un principiante?

Oakura Beach (risas). O la Costa Este a la altura de Mt. Maunganui (balneario sobre el Pacífico, ubicado aproximadamente en la mitad de la costa de la Isla Norte)

¿Y para expertos?

Cualquiera de Nueva Zelanda, hay muchísimos lugares, ¡pero los tenés que descubrir por vos mismo!

¿En que parte de Nueva Zelanda podemos encontrar surfistas cuando no están en la playa?

Probablemente en un pub (risas)

Algunas escenas del filme "El último Samurai" (2003), con Tom Cruise, se filmaron en Nueva Zelanda, en la costa Taranaki, y tuviste la oportunidad de conocerlo. ¿Cómo fue esa experiencia?

¡Todavía no vi la película! (risas) Pero si, tuve la oportunidad de conocer a Tom Cruise y a sus hijos mayores Isabella y Connor, a quienes incluso les di una clase de surf. Fue una experiencia muy linda, ellos eran unos niños muy agradables.


Madres con Alas

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Ya no se desenchufan de su vida cotidiana cada vez que el avión despega: o tienen a sus hijos en el asiento de al lado, o, si quedaron en casa, de alguna manera los llevan en su mente, preguntándose si el marido, los abuelos, tíos o quien los acompañe los estarán cuidando “tan bien” como ellas. Las que viajan con los hijos soportarán estoicas las miradas quejosas de los demás pasajeros cada vez que el bebé llora o el niño grita, sabiendo que al llegar al hotel luego de cumplir con una lista extensísima de reuniones de negocios, se sacarán sus tacos y podrán estar un rato con ellos.
Las que los dejaron, muchas veces luchan contra la culpa psicológica de romper con ese paradigma de la madre devota que siempre se pone en segundo plano, mezclada con otros miedos más reales, como de que se enferme cuando ella no está, o que extrañe tanto como para perjudicar su vida social y educativa.
Y las auténticas trotamundos, las que cada año cambian la dirección de su casa —incluyendo país—, sabrán que tampoco es fácil vivir sin madre, hermana o mejores amigas de toda la vida para compartir consejos de crianza, y además saber que los nenes van a sufrir inevitablemente el desapego al despedirse de sus amigos.
Foto: Sergio Gómez
En familia.“Cuando era chica y me iba de viaje me daba lástima desprenderme de mis perros, así que imaginate lo que sería para mí viajar sin Nicolás (6) y Felipe (4)”, dijo Karina Porteiro. Ella es la directora en Uruguay de la marca Lancôme, del grupo L’Orèal, que tiene su sede en París y casi todos los años realiza allí un encuentro de actualización.
Karina lleva 17 años en la empresa y tiene con París un vínculo especial: allí empezó a salir con quien hoy es su marido, Federico Pigni — que también trabaja en la empresa—, y este será el sexto año que juntos van a la ciudad de la luz.
“Lo divertido es el cargamento que llevo desde Montevideo, mi valija es como la Biblia y el calefón, porque llevo toda la ropa de trabajo, las presentaciones y la computadora, pero también el desinfectante —cuando sos grande no te importa, pero no podés dejar a tus hijos jugando una hora en la bañera si no estás segura de que está limpia—, el calientamemas y los pañales”, contó.
Como trabajan en distintas divisiones no suelen tener actividades profesionales en los mismos días —generalmente, es una semana él y otra ella—, así que pueden cuidar a los chicos durante el viaje.
“Al principio los llevábamos, porque como son chicos no entienden por qué los dejás, y ahora son ellos los que nos preguntan cuándo nos vamos de viaje. Se volvió como el premio de la familia.
Este año es más complicado porque Nicolás empezó primero de escuela, pero hablé con la maestra y me dio deberes para las dos semanas que va a faltar a clase”, explicó Porteiro.
En París, ya no se alojan en hoteles sino en apart-hoteles, para poder cocinar algo que a los niños les guste, lavar la ropa, y tener un living para que los chicos jueguen o miren TV cuando llueve. Karina y Federico ya no tienen casi nunca las cenas románticas de antaño, pero ahora son expertos en Eurodisney y todos los zoológicos y parques infantiles de la ciudad.
“Mi vida es medio dispar porque termino con todo lo de los chicos y tengo que ir a las reuniones como si nada. Evidentemente, es bastante cansador”, confiesa, “pero lo hago porque creemos que vale la pena. El lugar es maravilloso, pero más allá de eso, lo lindo es lo que vivimos, una aventura, un viaje en avión, una situación bien particular que nos une como familia”.

Foto: Sergio Gómez
Trotamundos. Rachel Brazier, la cónsul de la Embajada Británica en Uruguay, les habla a sus hijos Matthew (6) y Emma (2) en español e inglés. De padre cartógrafo, se pasó la infancia y la adolescencia viviendo en África —Yemen, Kenia, Liberia y Botswana, entre otros—, en Barbados, Brasil y otros países. Según su propia experiencia, ser un niño y adolescente trotamundos tiene más virtudes que defectos, por lo que no consideró incompatible la maternidad con la carrera diplomática.
A su entender, los chicos no presentan grandes problemas en sus primeros años, donde para ser amigos de otro niño les basta con un par de minutos. Sin embargo, sabe que en la escuela, cuando las amistades empiezan a ser más intensas, separarse de sus pares se les vuelve más difícil. Ella misma lo experimentó a los seis años, en Brasil, cuando se despidió de su grupo de amigos, el primero de los muchos que se haría a lo largo y ancho del mundo.
Rachel y su marido, el ingeniero ecuatoriano Rafael Romero — se conocieron durante una misión de ella en Ecuador—, están viviendo en Uruguay desde 2008. Matthew nació en Nueva York y Emma en Montevideo. Pero en julio se termina la misión y la familia se va a instalar en Gran Bretaña. Desde hace unos meses, Rachel los está preparando con fotos e información sobre su país natal, para generar buenas expectativas.
“Creo que para un niño es estimulante tener padres que trabajen en cosas interesantes, que disfruten, eso me parece un buen modelo. Matthew, por ejemplo, ya está mostrando interés. Ubica en el globo terráqueo los países con mayor rapidez y exactitud que un niño promedio. Señala Oriente Medio y dice ‘zona de guerra’. Reconoce a Chávez y Cristina en la televisión”.
¿Cuál fue la clave para lograr esto? “Mi marido”, contesta Brazier inmediatamente. Romero contrarresta las extensas jornadas de su esposa yendo a buscar a los chicos al colegio y compartiendo otras actividades a las que ella no puede asistir. “A veces te duele un poquito, porque, por ejemplo, si se raspan la rodilla dicen primero ‘papá’ que ‘mamá’. Pero eso es porque mi marido es un padre excelente”.
Foto: Sergio Gómez
De alto vuelo. La gerente general de American Airlines en Uruguay, Lucía Zaglio, entró a la compañía cuando Tomás (17) tenía cinco años y al poco tiempo tuvo que viajar a la sede de la empresa en Dallas. Esta ruta se volvió frecuente, y aunque Tomás al llegar a la edad escolar (o al liceo) la acompañó un par de veces, la mayoría se quedó en casa. Para ella, llevarlo no solo implica que de todas formas pase más tiempo con su madre, porque la agenda de trabajo es muy extensa, sino que al crecer se suma que los viajes coinciden con el colegio o liceo. “Lo que hicimos fue desmitificar el tema, simplemente aceptamos que ese era mi trabajo, como cualquier otro. Alguna vez me perdí alguna reunión o festejo en la escuela”, confesó Lucía, pero su hijo nunca se lo reprochó. “Tomás siempre fue un chico cariñoso, responsable, bastante maduro.
Con él se puede conversar razonablemente. Hablamos de mi trabajo y de sus limitaciones desde un principio. Además a él le encantan los aviones y los viajes, y siempre que pude lo llevé conmigo. Él creció con American”, dijo. Para ella también es clave brindarle a su hijo el ejemplo de una persona feliz por seguir su vocación: “Él sabe lo mucho que disfruto mi trabajo, así que siempre me apoya”.
No hay grandes recetas sobre cómo hacer que los chicos sobrelleven el viaje de su madre lo mejor posible. Las llamadas de teléfono y Skype, por ejemplo, pueden ser de gran ayuda. Sin embargo, a algunos niños solo los hace llorar, por recordarles que su madre no está y aumentarles la ansiedad por el regreso. Siguiendo el consejo de una psicóloga amiga, una madre preparó junto a sus hijas una cartulina con el calendario del viaje, para que ellas pudieran saber dónde estaba en cada jornada y qué estaba haciendo. Lo ilustraron con fotos y dibujos, y fueron tachando cada vez que pasaba un día, para tener una noción del tiempo. Según la abuela de las chicas, la idea fue genial y mantuvo a sus dos nietas tranquilas. Sin embargo, la siguiente vez que estuvo por viajar, su hija mayor ya era más grande y le pidió que no hicieran el calendario porque revisarlo hacía que extrañara más. En este caso, la edad de la niña también influyó en cómo tomó el viaje de su madre.
Foto: Sergio Gómez
La primera vez. Cuando la abogada Sandra González, socia del Estudio Ferrère, se fue a Nueva York por trabajo sin su hija, casi lo suspende por un ataque de gastritis. María Eugenia tenía seis meses (ahora tiene tres años) y Sandra trabajaba en el caso desde hacía años. “Nos encantaría que fueras, porque sos la que está más metida en el caso”, le dijeron en el estudio. “Decidilo y nos comentás”. Llegó a su casa, consultó a su marido —que también trabaja en Ferrère— y recibió su apoyo, así que se puso a organizar el viaje.
“Una semana antes de viajar me vino un ataque de gastritis. No sabía por qué era, pero fue subirme al avión y se me pasó todo. Me di cuenta de que eran nervios”, dijo a galería. “Después de haber pasado por ese trago, por ese test, las demás veces me lo tomé con más tranquilidad. Claro, también influye que no la veo a ella pasándola mal; por supuesto que si fuera así sería distinto”, agregó.
González lleva 17 años trabajando en Ferrère y su área, litigios y arbitrajes, supone constantes viajes al exterior. También integra varias organizaciones internacionales que cada año se dan cita en distintos puntos del globo.
Desde que nació María Eugenia ha hecho unos cuatro viajes al exterior al año, sin contar las idas a Buenos Aires, porque ahora va solo por el día. “Ahora que es más grande me encantaría llevarla, pero antes me parecía muy chiquita.
Los viajes de trabajo son muy intensos, y para mí no tiene sentido ir con ella para que esté todo el tiempo con otra persona. No la sacaría de su ambiente y rutina solo por tenerla cerca, para estar más tranquila. Para ella, lo mejor es estar en su casa e ir a su escuela, con sus amigos”, reflexionó.
Claro que hubo cambios. Antes, González mechaba días de vacaciones a sus viajes de negocios, y hoy concentra su agenda al máximo para no estar más de una semana en el exterior, su máximo tolerable. “Querés volver pronto. No vivo los viajes como una tortura, al contrario, los disfruto, pero me organizo para que sean cortos y para que todo funcione normalmente mientras no estoy”.
Soñadora. La argentina Candela Zapp es autora junto a su marido Herman Zapp de “Atrapa tu sueño”, un libro que documenta los años que la pareja lleva recorriendo el mundo con sus hijos. Su viaje empezó en enero del 2000, manejando un Graham-Paige de 28 y ya recorrieron América desde Argentina hasta Alaska, Asia, Australia y Nueva Zelanda. Cuando hablamos con Candela ellos estaban en Sudáfrica en dirección a Egipto, y nos contaron que el último continente que recorrerán será Europa. Durante este viaje nació Pampa (10, en Estados Unidos), Tehue (8, en Argentina), Paloma (5, en Canadá) y Wallaby (4, en Australia). Comparto con Uds. lo que Candela nos envió, por mail, desde Sudáfrica -lamentablemente la historia quedó fuera de la revista Galería porque ya habíamos entrado a imprenta, pero por suerte lo podemos compartir en este blog.

Comparto con ustedes lo que Candela escribió para nosotros:

Nunca he imaginado que podría dar la vuelta al mundo y ser madre a la vez. Si lo hubiera pensado antes de salir no me hubiera animado a partir. Era inimaginable para mí. Pero después de dos años de vivir nuestro sueño de viajar y de ser tan felices de hacerlo, Herman y yo necesitábamos compartirlo con alguien más. No podía ser mejor, cumplir un sueño dentro de otro. ¡Había que compartir tanta felicidad! Y en Guatemala comenzó otro gran viaje para mi, el de ser madre. Un viaje más largo que mi propio viaje alrededor del mundo. Tenía mucho miedo, de vivir mi primer embarazo y parto lejos de casa, lejos de mi madre, amigos y familia. Era mi primera vez y hasta mi médico no sería el mismo en cada visita. Me aferre a mi felicidad de ser mama y cada vez que flaqueaba escuchaba las palabras de Herman que me decían “Ser madre es algo totalmente natural”.
Fue este embarazo como también los otros tres, 100% compartido con Herman, para cada patadita, cada movimiento, estábamos los dos para disfrutarlo y esto creo una fortaleza increíble entre nosotros.
Ya llevamos 13 años viajando, de los cuales 10 años han sido viajando con hijos y descubrir el mundo con tus hijos es algo maravilloso. No solo veo el mundo a través de mis propios ojos sino a través de los ojos de mis hijos. Ellos me hacen ver al mundo desde otra perspectiva, ya que como madre hago diferentes programas para ellos. Gracias a ellos visito los museos de ciencia, de dinosaurios, voy a los parques de diversiones, de agua, paro en un arroyo tan solo para tirar piedras, voy a acuarios, vuelo en avionetas, visito shows de delfines y así miles de cosas más.
Lo que más valoro al viajar con ellos, es el tiempo que compartimos juntos. No solo el tiempo en sí, sino la calidad de tiempo. Ese tiempo que en la vida rutinaria es difícil de encontrar. Tenemos tiempo para cantar, aprender, divertirnos, jugar, contar cuentos, ver películas juntos… y este tiempo que disponemos lo voy a extrañar muchísimo cuando vuelva a un lugar fijo. Porque gracias a él, nos llegamos a conocer mucho, tanto, que sabemos perfectamente lo que a uno le gusta o disgusta. Veo que el viaje de esta forma está creando fuertes lazos entre ellos, veo que se cuidan entre si y ver eso siendo su mama, es muy gratificante para mí.
Tanto ellos como nosotros disfrutamos mucho el viajar. Tratamos de hacer programas para todas las edades y ellos disfrutan al ver a los otros disfrutar. No hay ningún día igual al otro, no hay posibilidad de aburrirse. Un día estamos pescando, otro escalando una montaña, remando un bote, cabalgando un camello, buceando, o bañando un elefante. La gente nos pregunta como hacen para viajar con chicos y nosotros ya no nos imaginamos como seria viajar sin ellos. Es tan divertido! Siempre algo está pasando, siempre hay una aventura.
El espíritu de nuestro viaje no es solo conocer lugares, sino su gente y vivir como uno de ellos. Hemos estado hospedados en más de 2500 casas de familias y hemos descubierto que la más linda sorpresa de este viaje es la gente. Y es por esta razón que queremos seguir viajando. Y seguir viajando con cuatro hijos me tiene súper activa, no solo porque debo hacer todas las tareas cotidianas que hace una madre pero en movimiento sino también porque mis dos hijos mayores ya entraron en edad escolar. Enseñarles a tus hijos es muy difícil pero lo considero un gran desafío para mí. Asique he aprendido a ser maestra para poder seguir y la escuela a distancia desde Argentina comencé.
Trato de encontrar la rutina en un viaje sin rutinas. Un día el pizarrón es la arena mojada de una playa, otro día se encuentra dentro del auto; cuando el tema es geografía el mapa de fondo es el mismo Everest; cuando es Ciencias Naturales, vemos leones comiendo una jirafa o el mismo volcán erupcionando, como también vemos una nave espacial de La Nasa despegando al espacio; cuando toca matemática aprendemos los valores del dinero en cada país o a contar las distancias; cuando toca sociales en las mismas casas que nos hospedan aprenden de culturas. Y así interminables clases que hacen que Pampa ya este en 5to grado y Tehue en 3ero con excelentes calificaciones. Yo les enseño pero el mundo es la mejor educación que están teniendo. Ya para el año que viene tendré a otra alumna mas, mi princesa Paloma empezara 1er grado. Para mi otro desafío mas que se que me reconfortara y me hará crecer aun más todavía.
Si me preguntas que es lo que quiero que aprendan mis hijos realmente… es que sepan que la gente en el mundo es maravillosa… que sean abiertos a ella, que siempre recuerden que han sido hospedados por ellos, por gente de distintas religiones, formas de vestir, colores, clases sociales, distintas maneras de pensar, de orar sin importarles de dónde veníamos. Que recuerden que esa gente les ha abierto las puertas por el solo hecho de querer ser parte de nuestro gran sueño.
Creo que como madre debo transmitirles la mejor educación y no hay nada mejor que el ejemplo que yo les pueda dar. Si yo me realizo frente a ellos como persona al cumplir mi sueño, que vean así, que ellos al cumplir sus sueños se realizaran como personas y así lograran su propia felicidad. Solo eso deseo para mis cuatro hijos
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Cómo crían a sus hijos las mujeres neozelandesas

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Las mujeres neozelandesas -kiwis, como se autodenominan todos los nativos de ese país- les dan de comer a sus hijos chicos cerca de las cinco y media de la tarde. Los niños kiwis protestan, como los de todos los países, ante las verduras, pero las madres de ese país lejano tienen más minutos de paciencia que nosotras, así que no los dejan bajarse de la mesa hasta que el plato esté casi terminado. Los niños kiwis dicen mas seguido “thank you” y “please” que los nuestros “por favor” y “gracias”, pero claro, las madres no les dejan pasar ni un solo pedido sin decir las palabras mágicas.

Las mujeres neocelandezas después los bañan, les ponen el piyama y generalmente en ese momento aparece el padre. Los chicos se excitan, corren un rato por la casa, se ríen mientras papá kiwi los tira por el aire y les hace todas esas cosas medio brutas que hacen todos los padres de casi todo el mundo, y que a las mujeres a veces nos dan un poquito de miedo.

La mujer reta al marido: ¿no ves que los estás alborotando? Papá y mamá kiwi se los llevan al sillón del living y les leen, religiosamente, cuentos de Dr. Seuss como “The cat in the hat” o “Green Eggs and Ham”. A más tardar a las ocho, religiosamente, los acuestan. Aplican “Duérmete Niño” a rajatabla, porque a partir de las ocho mamá y papá kiwi se llenan una copita de sav -el sauvignon blanc es el vino más famoso de este país de viñedos- y comen. No mucho más tarde de esa hora: en kiwilandia la hora pico de los restaurantes es entre las 7 y las 8. No cambia en verano: en los que son abiertos el sol todavía pica fuerte pero el restaurante ya está busy con su menu de dinner. Si caés a las 10 entre semana, es muy posible que haya cerrado la cocina. Viernes y sábados tenés suerte: puede que encuentres algo hasta las 11.

Un poco de tele -que recién la prenden al acostar a los chicos- y a la camucha entre 10 y 11. Aunque los kiwi-birds (así se llama el pájaro típico de Nueva Zelanda) son un pájaro nocturno, la kiwi people vive de día. ¡Imagínense que sus casamientos son de día!

El día empieza temprano. Ni mama ni papá ni los pequeños kiwis remolonean: se levantan de una a por su desayuno, que siempre tiene cereales y huevos. A veces también panceta y sausages (salchichas). En algún momento entre los 2 y 4 años los chicos empiezan a ir al kindy (kindergarden). Antes del año imposible: las neocelandezas tienen derecho a un año pago de licencia laboral. Y muchas después deciden tomarse otro, aunque sea sin goce de sueldo. Una costumbre típica de allá, cuando tienen entre 2 y 4, mandarlos solo 2 o 3 veces por semana. El resto del tiempo, si mamá kiwi trabaja, están con la nanny no-kiwi. Que la nanny es nanny, no maid -para limpiar la casa contratan a otra un par de veces por semana, que lo más probable es que sea asiática, india o maori.

La nanny generalmente tiene entre 18 y 25 años, estudia, y cuida chicos un par de horas por día para bancarse -no nos olvidemos que allá es de loser vivir con los padres después de los 18. Muchas nannys también son jóvenes europeas, sobre todo alemanas, y de a poco se ven cada vez más latinas, sobre todo chilenas y argentinas. A las mamás kiwis les encanta tener extranjeras para que sus hijos aprendan distintos idiomas. Llevarlos al parque, al museo, al zoológico o a jugar con otros chicos son los deberes de una nanny. Muchas mamás kiwis fueron nannys a los 18 -generalmente en algún país europeo por un par de meses como parte de un intercambio- y allá no está nada mal visto. Las nannys de allá se parecen mucho a la extranjera (creo que sueca) que cuidaba a los hijos de Charlotte en la película “Sex & The City 2”. Una mamá uruguaya contrataría a una señora entrada en años, pero las kiwis no son mujeres celosas, o por lo menos lo disimulan bien, como buenas descendientes de ingleses.

Tailandia: tentaciones en el paraíso

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Destino cultural por sus templos budistas y de luna de miel por sus playas, Tailandia es hoy unade las mecas de turismo internacional de jóvenes por sus fiestas nocturnas en las playas, donde gente de todos los continentes baila al ritmo del pop y la electrónica; desde Uruguay, el turismo aumentó 40% en los últimos cinco años.
Templo budista Wat Arun, en Bangkok

No es casualidad que después de filmar en Las Vegas la primera “¿Qué pasó ayer?” (“The Hangover”, 2009), sus productores apostaran a rodar la segunda parte del filme en Tailandia. Así como Bariloche es el destino favorito de los adolescentes del Cono Sur para su viaje de egresados o Las Vegas para las despedidas de soltero en EEUU, desde hace unos años Tailandia es el destino elegido por jóvenes de todos los continentes que no solo buscan el sol y sus aguas turquesas —como Maia Beach, donde se filmó “La Playa” (2000) con Leonardo di Caprio— sino también las fiestas nocturnas que se organizan en esas playas, como Phuket, Krabi, Phangan, Koh Phi Phi o Koh Samui (Koh quiere decir isla en el idioma local). De todas las fiestas, la más famosa es la Full Moon Party (Fiesta de la Luna Llena), que se celebra una vez al mes en la isla Phangan y reúne a miles de personas en las playas de arena blanca de Haad Rin.
Entre quienes llegan hasta allí cada vez hay más uruguayos, sobre todo los jóvenes que van en los viajes de Ciencias Económicas y Arquitectura, pero también quienes optan por paquetes turísticos por el sudeste asiático o los que realizan intercambios con el programa Working Holiday de Australia y Nueva Zelanda.

“Mi vuelo llegó a Phuket, pero como se aproximaba la fecha de la Full Moon Party y no me la quería perder, me tome un vuelo directo a Koh Samui, la isla vecina a Koh Phangan. Al día siguiente crucé en barco a Koh Phangan, así que llegué dos días antes de la fiesta”, dijo a galería Verónica Abadie, una uruguaya de 27 años que estuvo en la fiesta en agosto de 2012.“Para la Full Moon Party viene gente de todas partes del mundo. Me quedé en un hostal, el Party Hostel, que estaba bien sobre la playa donde es la fiesta. Tuve que reservar cinco días, que es la estadía mínima que aceptan, porque todo el mundo quiere estar ahí esa noche. Fui sola pero conocí gente enseguida: me hice un grupo con dos inglesas y una colombiana, con las que terminamos recorriendo Tailandia todo el mes. También conocimos a chicos y chicas de Noruega, Australia y Polonia”, dijo.
Para el día de la fiesta, VeRónica se pintó la cara de colores, como sus nuevas amigas, y se compró un short que decía “Full Moon Party”, a tono con las camisetas de muchos de la multitud de jóvenes que se encontró en la playa.
“Hay mucho merchandising, todo tipo de objetos con el logo de la Full Moon. Y ahora también hay otras fiestas, como la Half Moon Party, la Black Moon Party y la Pool Party. Ahí hay fiestas todos los días”, dijo. Lo que coincide en todas ellas, en todas las playas del país, son los buckets, como se llama a los típicos baldes playeros pero que se usan como gran vaso para bebidas alcohólicas. “Está lleno de puestitos vendiendo buckets y todo el mundo anda con sus baldes, es muy común”, subrayó. Sin embargo, como le habían advertido en su casa, se fijaba siempre mientras los preparaban para tener claro qué les ponían adentro.


“Me sentí segura siempre pero obviamente tomé mis precauciones: no llevé cámara de fotos (al empezar la fiesta saqué algunas pero después la dejé en el hostel) y llevé muy poca plata”, explicó. En la fiesta y en las calles de la isla vio de todo: “Parejas teniendo sexo en la playa, gente muy pasada de alcohol y drogas. Vas caminando y ves carteles que dicen ‘magic mushrooms’ (hongos alucinógenos) pero en realidad en Tailandia la drogas están prohibidas; si te encuentran con drogas es uno de los peores delitos”. En la playa también hay stands de madera con un cartel que dice “sleeping area”, con sillones donde duermen los que ya no tienen conciencia como para volver a su alojamiento. También hay fuegos artificiales y acróbatas y juegos con fuego para los asistentes.
La primera edición de esta fiesta fue en 1985, en un pequeño pub sobre la playa, con solo 30 viajeros. Hoy reúne en cada edición a entre 20.000 y 30.000 jóvenes, que bailan hasta el amanecer.



Verónica Abadie fue a Tailandia como parte de su año sabático en Nueva Zelanda.


Compatriotas viajeros. Claro que también hay solitarias playas paradisíacas en este reino con tres mil kilómetros de costa, que con 64 millones de habitantes es el 20º más poblado del mundo y ofrece atracciones para todos los gustos. Este país budista también abunda en templos, cultura e historia. Hasta 1939 se llamaba Siam y desde 1946 tiene al mismo rey, Rama IX (el noveno de su dinastía) y a una primera ministra mujer, Yingluck Shinawatra.
Respecto al turismo uruguayo, durante los últimos cinco años se nota un crecimiento continuo de personas que visitan Tailandia por primera vez, contó a galería el cónsul honorario de Tailandia en Uruguay, Alberto Perciavalle. El dato surge de la cantidad de visas que este Consulado emite anualmente (los uruguayos necesitan visa de turista para entrar a Tailandia), pero si se cuentan los que tienen saporte de la Unión Europea —y que por lo tanto ingresan sin visa— y a los que la tramitan en otros países, se puede estimar que el aumento es de 40% respecto a últimos cinco años, dijo Perciavalle.
Hoy en la mayoría de las páginas web de las agencias de viajes uruguayas figura Tailandia como destino. Quizás otro indicio del aumento del interés uruguayo por este destino es que el último fin de semana de descuentos en los shoppings de Montevideo y Ciudad de la Costa, además de sortearse pasajes a destinos frecuentes como Caribe, Londres y Nueva York, Punta Carretas Shopping sorteó un paquete a Tailandia.
Según Alejandra Martínez, encargada de marketing de Jorge Martínez, su agencia de viajes tiene varios programas, y los puntos básicos con su capital Bangkok, las ciudades del norte Chiang Mai y Chiang Rai —con más de 300 templos budistas, decenas de mercados y una reserva de elefantes— y las islas. “Estos lugares son muy famosos por su hotelería, tienen cadenas premium con servicio muy sofisticado, por eso es también un destino muy requerido para lunas de miel”, comentó, agregando que en general sus pasajeros suelen complementar el viaje a Tailandia con algún otro destino como Malasia, Filipinas, Bali o Singapur, esta última muy de moda como gran ciudad de la región. “Y los jóvenes que van a hacer surf usan a Bangkok como puerta de entrada a otras islas, como Java”, agregó.
Nicolás Aguirre y Carolina Vergara se casaron en 2012 y eligieron el sudeste asiático para su luna de miel. Aprovecharon la escala en Dubai para conocer esa ciudad, después recorrieron Malasia, Camboya, Indonesia, Singapur, Vietnam y estuvieron 12 días en Tailandia. “No fuimos a Koh Samui ni Koh Phangan, que están al oeste, porque nos avisaron que era la época del monzón, entonces está casi siempre nublado, el calor es muy pesado y el agua de las playas está bastante turbia. Fuimos en cambio a las playas del este (a Koh Phi Phi, en la provincia de Krabi) y si querías ruido tenías boliches, pero si querías tranquilidad también tenías lugares donde había silencio total”, explicó. “Bangkok sí es una locura”, agregó.

Nicolás Aguirre y Carolina Vergara se fueron de luna de miel al Sudeste Asiático, incluyendo Tailandia.
Egresados trotamundos. Nicolás Capote y María José Sánchez también visitaron el país, pero como parte de su viaje de Ciencias Económicas. Fueron 12 días, en mayo de 2011, y recorrieron Bangkok, el río Kwai y las islas Phi Phi y Lanta. Por las fechas no coincidieron con la Full Moon Party, pero señalaron que, si uno las busca, hay fiestas tanto en Bangkok como en las islas.
“En Bangkok, con el grupo, nos quedamos en un buen hotel, pero en las islas optamos por hoteles más sencillos, y en el río nos alojamos en unas cabañas flotantes, sin luz, típicas del lugar”, recordó.
Comer es barato. Un dólar americano son unos 30 baht, por lo que “por poca plata hay comida típica o internacional. Además en Bangkok, como en todas las grandes ciudades, siempre hay una casa de comida rápida internacional a mano”, comentaron Nicolás y María José. En particular en Phi Phi recomendaría comer en un lugar llamado Cosmic, y después comprarse algún bucket, dijeron. Entre los platos típicos de restaurantes y puestos callejeros está el pad thai: pasta al wok con huevo, brotes de soja, salsa de pescado, pimiento rojo, y puede llevar también pollo o tofu.
En Bangkok visitaron los templos Wat Pho y Wat Prakeaw, donde vivieron varios reyes y hay esculturas gigantes de budas y otras figuras religiosas emblemáticas. También el mercado flotante más famoso de la ciudad, el Damnoen Saduak, y uno de los grandes bazares, el Chatuchak, que no tiene nada que envidiarle al Gran Bazar Turco. “Reúne todo tipo de objetos, ropa, zapatos, decoración, pinturas, souvenirs, comida, artículos de bazar, papelería, mercería. Es imposible de recorrer en un solo día”, recordó.
Bangkok puede ser sumamente moderna, con grandes edificios, transporte de última tecnología y shoppings con marcas de lujo, pero también muy rudimentario, con comida callejera y tuc tucs, los pequeños vehículos impulsados por motos o a veces por personas a pie.
Nicolás Capote estuvo en Tailandia con su novia María José Sánchez, como parte de su viaje de Egresados de Economía. 
“Seguramente para quienes vayan directamente a Tailandia el cambio cultural va a ser significativo. Hay que adaptarse al calor, al tránsito caótico, a los tuc tuc, a regatear el precio en absolutamente todo. Bangkok es una ciudad en la que convive la historia y lo moderno, las bicis, los autos y las vías para trenes, los restaurantes montados en las veredas, con mesas y sillas muy pequeñas. Hay templos antiguos y a pocas cuadras locales de marcas internacionales”, dijo.
“En todos los lugares que estuvimos nos manejamos bien con el inglés, y la gente es sumamente amable. Son lugares en los que tienen muy claro lo que es cuidar al turista y hacerlo sentir cómodo. Nunca va a faltar alguien que quiera charlar contigo para compartir su cultura y conocer de la tuya. En general son muy alegres, positivos, con buena onda. Como consejo diría que quienes vayan traten de reservar lo menos posible de antemano, porque todo se puede negociar allí”, agregó Nicolás Sea en la cosmopolita pero típica Bangkok o en las locas fiestas nocturnas de las playas de aguas tibias y turquesas, Tailandia parece estar ahora más cerca de los jóvenes uruguayos.

Pisco Sour

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El pisco es una bebida alcohólica oriunda de Perú y Chile que se hace con uvas. Es la materia prima del cóctel pisco sour, que se hace agregando azúcar, jugo de limón, clara de huevo y una pisca de Angostura.




En una coctelera o licuadora se mezclan 2 medidas de pisco, 1 de jugo de limón, 1 de azúcar, media clara de huevo y hielo. Se mezcla con fuerza y luego se lo sirve en copas (si usamos coctelera, servimos con colador, para que el hielo no salga). El touch son dos gotitas de angostura y listo: ya está pronto el complemento ideal para una noche de invierno.

Comer en Nueva Zelanda

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Si al llegar al país le preguntás a un neozelandés a donde ir a comer, probablemente te lleve por un pad thai en algún restaurante tailandés, un kebab árabe o curry en un restaurante indio. La influencia gastronómica asiática es enorme, fruto de la emigración de ese continente durante las últimas décadas.
Como segunda opción, si les contestás que no sos muy fan de los picantes, te va a recomendar las mejores pizzas y pastas italianas. 
Con fama de sosa y aburrida, la gastronomía no es precisamente el máximo orgullo de los "kiwis". Así como se autodenominan los neozelandeses, en honor a su pájaro nacional kiwi-bird y la fruta kiwi-fruit. 
 
LAS COCINAS DEL MUNDO 
 
Por su influencia británica (fueron colonia hasta 1840) está el fish & chips. Al ser islas el pescado y los mariscos pululan, siendo los favoritos hoki y teririki, además del clam chouder (sopa crema de almejas).
En Nueva Zelanda se dice que hay algo así como 12 ovejas por habitante. Eso si, en la cocina difícilmente puedas sentirle el verdadero gusto, porque los neozelandeses siempre bañan a sus churrascos y carnes con gravy, una salsa fuerte con gusto a ketchup que hace que el cordero, la vaca, el cerdo o el pollo termine con el mismo gusto.


Hangi por James Heremaia
De la tradición maori el plato típico es el hangi, una suerte de guiso que lleva carne y/o pollo y/o pescado, mas verduras hervidas como kumara (boniato), papa y zapallo, entre otras. Lo particular es el método de cocción: se excava un hueco en el suelo y se los cocina dentro de papel de aluminio, ahumado, durante unas cinco horas. 
Es un plato muy difícil de hallar salvo en cena-show para turistas en ciudades maoríes como Rotorua, o en festividades. Si te hacés amigo de algún maorí y tenés la suerte de que te inviten. ¡Empezá ya a hacer lobby! 
Rotorua es la zona ideal para probar hangi y ver un show de haka y otras danzas tradicionales. En el centro de la ciudad está el restaurante del hotel Millennium. En los alrededores también se puede visitar Mitai Maori Village o e Puia Whakarewaka Thermal Village

Hangi de un puesto callejero del Waitangi Day

QUÉ COMER Y CUÁNDO 
El cronograma diario de alimentación es muy inglés. Empieza con un desayuno pesado, en el que es muy frecuente el huevo, las tostadas, cereales y algo de fruta, siendo las favoritas la mandarina y el kiwi. A veces incluye salchichas y panceta. Indispensable el café. En Nueva Zelanda hay una cafetería por cuadra. 
Además del kiwi verde, común de encontrar en Sudamérica, hay una versión gold, un poco más dulzona y amarillenta. Otra fruta típica es la feijoa, parecida al kiwi aunque no tan ácida. 
El almuerzo liviano -si es que no se lo saltea-, en Nueva Zelanda no hay merienda ni five o'clock tea, porque la cena es temprano, a partir de las 19 horas. Es curioso incluso ver las viandas de los niños para el colegio, llevan apenas algún sandwichito, un poco de queso y fruta. ¡Que diríamos las latinas sobre alimentar así a un niño en edad de crecimiento! 
Entre los sándwiches un infaltable es la Vegemite, una pasta de untar marrón oscura que se elabora con levadura y es muy rico en ácido fólico. El sabor es súper concentrado e intenso, así que les aconsejo poner apenas un poquito sobre su sándwich o tostada. 
La palta es otro elemento muy presente en la dieta local, y no te extrañes si la recibís sobre tu tostada, o incluso en un sándwich o hamburguesa al pan. 
Los pasteles son también populares en el almuerzo, se consiguen por entre US$ 2 y U$S 5 en cualquier autoservice. Los pies son una especie de empanada redonda rellena de carne picada o pollo y salsa de tomate. Resulta más difícil encontrar, en cambio, pascualinas o tartas de verdura como las que abundan en las rotiserías de nuestros pagos. 
A la hora de los postres, la torta Pavlova es un clásico. Aunque, así como uruguayos y argentinos nos peleamos por el invento del dulce de leche, la disputa por el invento de esta torta de merengue bañada en crema batida y frutas se da entre neozelandeses y australianos. 
Ellos cuentan que fue creada en homenaje a una bailarina rusa de ballet que visitó ambos países en 1920 y no es tan fácil encontrar en la carta de los restaurantes, pero en el supermercado la venden pre-elaborada, solo hay que bañarla en crema batida y agregarle las frutas. Si querés hacerla tu mismo comprate el manual de cocina Edmonds, que es la biblia de las recetas de la cocina básica de ese país. 
Si en cambio querés probar algo dulce y rápido prueba las galletitas bañadas TimTam, de origen australiano. En mi humilde opinión, las mejores galletitas que probé en mi vida: ¡jamás pude dejar un paquete sin terminar!
  

COCINA NEOZELANDESA
 
En los últimos años se está despertando en los jóvenes el interés por una cocina más contemporánea. 
Uno de los nombres que más suena actualmente es Peter Gordon, un neozelandés formado en Australia y con experiencia en Londres, donde integró el movimiento de cocina de fusión gastronómica.
Actualmente Gordon tiene varios libros publicados y colabora en revistas, aparece frecuentemente el programas de televisión británicos, australianos y neozelandeses. Es asesor de Changa en Estambul y de Public Nueva York. 
En Auckland se pueden probar sus platos en el restaurante Dine by Peter Gordon, ubicado a pocos pasos de la Skytower, el monumento emblemático de la ciudad neozelandesa.
Además, en lo alto de la torre también hay un restaurante giratorio, Orbit, que demora exactamente una hora en mostrar la ciudad en 360 grados. Ideal para finalizar una jornada de paseos por la ciudad de las velas (así le dicen a Auckland), con una copa de sav (sauvignon blanc, uno de los vinos clásicos del país) y brindar porque el viaje se repita.

Cordero por Lake Taupo Lodge

Las uruguayas y el frío

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Con esto del invierno tenemos small talk para rato. Las charlas incómodas de ascensor se facilitan con un “Que frío, eh?”. Tener que usar gorro y bufanda en Uruguay es todo un acontecimiento. No importa que se repita cada invierno.

Los diarios anunciaron la remota posibilidad de que nieve, en la que nadie creyó pero todos comentaron: no en vano en Montevideo la palabra nieve fue trend topic en internet durante la semana.

En otros países, como Nueva Zelanda, las madres los abrigan y los llevan igual a jugar al parque. “Enseguida corren y entran en calor”, te dicen. Y esto se aplica también para lluvias. En Uruguay toda madre que saca a sus retoños con menos de diez grados se arriesga a ser juzgada de inconsciente.

El de Uruguay es un frío de mierda. No porque sea tan frío, sino porque le falta nieve. Con nieve se puede esquiar, y ahi por lo menos tenés algo interesante para hacer en invierno.

El frío sirve de excusa para comer cosas pochas. Dormir hasta más tarde. No depilarse. No pintarse las uñas de los pies. No salir a correr. No cortar el pasto. No ponerse crema humectante en todo el cuerpo. Zafar del cumple de esa compañera que en el fondo no te termina de caer. Mirar tele sin culpa. Para mimar al ermitaño que hay adentro tuyo.

Este sábado se supone que hay reunión de amigas. Pero ya se pre-alertó por mail que se suspende en caso de frío. No influye que la comida sea en una casa con losa radiante y las invitadas vayan en auto o taxi.

El invierno es el estado ideal para las uruguayas, porque nos da la excusa perfecta para no hacer nada. Excusa al menos perfecta si las que quedan plantadas son otras uruguayas.

No entiendo a la gente

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que no se toma un analgésico cuando le duele la cabeza.

que va personalmente a una confitería que tiene delivery.

que lee y va al cine a ver historias de amor sabiendo que uno de los integrantes de la pareja se va a morir.

que madruga los domingos (o que usa el despertador por motivos ajenos al trabajo).

que no prende la calefacción en la casa para no sentir el frio cuando salga.

que se tira en paracaídas o hace bungee jumping.

que no pide postre.

que come mirando la tele.

que dice que el pollo y el pescado no son carne.

que manda varios mensajes seguidos y no espera a que le contestes

que lava los platos antes de que se vayan las visitas.


Un viaje fuera de serie

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Los viajeros y aficionados a las series de televisión más famosas del momento ya no tienen que hacer una extensísima investigación para visitar los lugares donde se rodaron las escenas más importantes de esos programas. Actualmente pululan en internet circuitos con mapas que indican en donde detenerse para conocer los lugares en los que grabaron partes de “Wallander”, “Juego de Tronos”, “Los Soprano” y otras de las series más exitosas. El camino lo marcó “Sex and The City” hace una década y actualmente hay incluso agencias de viajes que organizan sus tours exclusivamente en base a la televisión. 
Algunos son paisajes de gran belleza, otros son recorridos por los edificios más representativos en los que ocurrió un hecho importante o recurrente en la serie, y algo se repite casi siempre: los tours terminan en un restaurante o cafetería en los que se puede probar los platos favoritos de los protagonistas. 

Uno de los sitios más visitados en Manhattan es este edificio de Greenwich Village, cuya fachada representa en la serie “Friends”
al edificio donde vivían Chandler, Mónica, Ross, Rachel y Phoebe.

Fantástica inspiración. En Irlanda del Norte está la fortaleza de Invernalia y las islas del Hierro, lugares donde transcurren algunas escenas de la serie de HBO “Juego de tronos”. Invernalia, la residencia de la familia Stark —una de las siete familias nobles que protagonizan la serie— fue recreada en el antiguo Castle Ward, un castillo del siglo XVII que mezcla el estilo clásico con el gótico, donde vivió una familia noble de apellido Ward. 
El castillo fue una de las locaciones principales del piloto de la serie, que se rodó en 2009. Según dijeron autoridades del National Trust for Northern Ireland a galería, las obras para reacondicionarlo se extendieron durante ocho semanas, mientras que el rodaje duró cuatro días. Desde el estreno del programa los folletos explicativos para turistas cambiaron, y hoy son un mapa del castillo y sus alrededores, con el punto de cada escena importante marcado. 
Otras escenas de la serie se rodaron en los bosques del Tollymore Forest Park y la propia ciudad de Belfast, capital del país, donde se recreó la zona que en el programa se conoce como “más allá del muro”. Entretanto, las localizaciones de la Guardia de la Noche —el grupo de soldados que jura de por vida defender el muro que protege a Invernalia— están en Islandia. El glaciar Svinafellsjokull, situado en el Parque Nacional de Skaftafell, aparece en uno de los capítulos. Escocia también puso lo suyo: el Castillo Doune, que aparece en una escena clave de la serie, y ahora está abierto al público con visitas guiadas.
 

Castle Ward, un castillo del siglo XVII ubicado en Irlanda del Norte, es el escenario elegido por la producción de “Juego de tronos”
para recrear Invernalia, la residencia de una de las familias nobles que protagoniza la serie. 
Pero para que el tour televisivo de “Juego de tronos” sea completo hay que ir más lejos, pues en la mediterránea Croacia se recreó el Desembarco del Rey, la ciudad capital de los siete reinos. La locación es la ciudad de Dubrovnik y el escenario es un poco tramposo, pues para recrear el castillo de los Lannister —otra de las siete familias reinantes— se mezclaron con efectos digitales tres antiguas fortalezas: Minceta, Bokar y Lovrijenac. Varias empresas, como Viator (www.viator.com), ofrecen tours con este recorrido. 
En Marruecos, la ciudad de Essaouira, situada sobre el océano Atlántico, fue elegida por sus casitas blancas, barcos azules y callecitas de bazares para representar a Astapor, otra de las ciudades de este mundo mágico. 
Croacia es el escenario de "Desembarco del Rey", una de las ciudades que aparecen en "Game of Thrones"

Sherlock a la sueca. El detective Kurt Wallander era popular hace 22 años, cuando el escritor sueco Henning Mankell publicó “Asesinos sin rostro”, el primer libro que protagoniza. Pero lo es mucho más desde que en 2008 la BBC estrenó una serie sobre él, con el actor Kenneth Branagh en la piel del investigador, quien resuelve sus misterios desde la pequeña localidad de Ystad, en el sur de Suecia. Precisamente allí se puede jugar a ser Wallander por un día, recorriendo los lugares más icónicos de esta serie, ya sea contratando uno de los tantos tours que ofrece la ciudad, como por cuenta propia: incluso hay una páginas web (www.wallander.ystad.se/en) y una aplicación de celular con un mapa que muestra los puntos exactos que Wallander frecuentaba. 
Este circuito incluye la calle Marigatan, donde vive el detective, su café favorito el “Fridolfs konditori” y el puente por el que se cruza de Dinamarca a Suecia que en la serie fue un centro de tráfico de drogas.  
Lˆderup, el pueblo en el que vive su padre, y Mossbystrand, la playa a la que llevaba a su hija Linda cuando era chica, también forman parte de esta atípica forma de conocer el sur de Suecia. 

Capital de las series. Pero la ciudad más televisada del mundo es, sin duda, Nueva York, por lo que no es casualidad que haya sido la primera en organizar tours guiados en torno a sus series más exitosas. Probablemente el primer circuito en base a un programa de TV en volverse masivamente demandado fue el de “Sex and the City”, que recorre el Upper East Side y el East Village tras los pasos de Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha. 
El plan tiene 39 paradas a lo largo y ancho de Manhattan, incluyendo el número 66 de la calle Perry, donde Carrie Bradshaw y Mr. Big solían despedirse al fin de cada una de sus citas. También la pastelería Magnolia Bakery, donde las protagonistas compraban estos cupcakes que volvieron famosos, y atenuaban el deseo sexual de la insaciable Miranda. 



Existe un tour completo en torno a la serie Sex and the City tiene 39 paradas, entre ellas en la confitería
Magnolia Bakery, dado que las protagonistas grandes consumidoras de sus cupcakes. 

Como contracara a este paseo sofisticado y divertido, el turista tiene una opción más truculenta: un paseo por las locaciones donde se rodaron las escenas de los crímenes de “Los Soprano”. Muchas están cruzando el río Hudson, en Nueva Jersey, como la carnicería Centanni's Meat Market y el popular club de striptease del que Silvio Dante era propietario: Bada Bing!, que es en realidad un club nocturno en la Ruta 17. 
Como buenos italianos, la familia Soprano tenía pizzerías, en las que también se cocinaban las tramas de la mafia junto con sus espaguetis y canelones. 
Los tours, como el de On Location Tours (www.onlocationtours.com), paran en lugares un poco difíciles de encontrar, como las escaleras y el dinner donde Chris fue tiroteado o incluso en el lugar exacto en el que el soplón Big Pussy se encuentra con el FBI. Durante tres horas se puede viajar no solo al interior de la serie, sino a la época en la que transcurre la historia, cuando Nueva York estaba inundada por las mafias italianas. 
“Abrimos en 1999. Georgette Blau, el presidente y dueño de la compañía, se inspiró cuando descubrió que en su edificio vivían George and Louise Jefferson, de la serie ‘The Jeffersons’, dijo a galería Alan Locher, director de marketing de la compañía. Catorce años después, la empresa tiene siete tours en Nueva York y dos en Boston. Según Locher, los más populares son el de “Sex and The City”, que se puede tomar todos los días a las 11 y a las 15 hs, el de “Gossip Girl”, que va tres veces por semana, y el New York TV & Movie Sites tour, que sale todos los días a las 11 de la mañana y pasa por el edificio de “Friends”, la tienda de sopa de “Seinfield” y las callecitas donde el elenco de “Glee” rodó “I Love New York”. Esta compañía también ofrece un tour por los sitios que aparecen en TMZ y otro con locaciones de los clásicos del cine. 


En Nueva Jersey los seguidores de “Los Soprano” pueden ir a la hamburguesería y heladería Holsten`s,
e incluso sentarse en la mesa donde se rodó el final del último capítulo de la serie.

Vivir la ficción. Aunque esto de conocer sitios con una serie como hilo conductor sea un fenómeno relativamente nuevo, la imaginación siempre tuvo su lugar en el turismo. Desde la literatura muchos viajeros transitan aún hoy las calles de Dublin con “Ulises” (1922) en mano para investigar que inspiró la más célebre de James Joyce, o recorren Estambul con alguna de las obras del Premio Nobel Orhan Pamuk que allí transcurren. Estocolmo también tiene su tour literario, desde que se publicó la trilogía “Millennium” de Stieg Larsson, pero probablemente la apuesta más ambiciosa sea la que hacen los viajeros que se proponen seguir el viaje que Julio Verne propone en “La vuelta al mundo en ochenta días” (1872). 
Y el cine lo potenció. En Tailandia, por ejemplo, que tiene centenas de kilómetros de playa, diariamente los turistas se aglomeran para cruzar en bote a las islas Phi Phi, donde está Maia Beach, la locación que le sirvió a Leo DiCaprio de escenario para la película “La Playa” (2000). Y la pantalla grande fue definitivamente importante para Nueva Zelanda, que considerablemente su fama turística mundial desde el estreno en 2001 de la primera película de la trilogía “El señor de los anillos”, donde fue rodada. En el presente no hay escenario que haya aparecido en alguno de los filmes y no sea visita obligatoria de algún tour. 
Sin embargo la televisión lleva estos lugares remotos al living de casa y hace sentirlos más cercanos, por lo que no es raro que el viajero tenga cada vez más interes en conocerlos con sus propios ojos. 

 

Daikiri frozen

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Atipicamente para un 10 de setiembre -recordemos que estamos en invierno y primavera en Uruguay llega recién alrededor del 20- hoy vivimos un día veraniego, de alrededor de 30 grados, de esos que en Montevideo solo suelen darse entre diciembre y febrero. Por eso decidí compartir con ustedes mi receta del daikiri frozen de frutilla, un trago refrescante ideal para esta época del año y muy fácil de hacer.
 
El daikirifrozen (helado), que es mi preferido, se hace en licuadora. Ponés 50 ml. de ron (2 vasitos tipo shot de los chicos), tres cucharadas soperas de azúcar, frutillas maceradas y el jugo de media lima. En varios lugares omiten la lima, pero el resultado final no es tan bueno porque le falta ese toquecito de acidez que lo hace refrescante. Le agregas un poco de hielo y le das ON a la licuadora hasta que tenga una consistencia apenas más liquida que un puré.

El oficio del agente de viajes

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Recién llego de un viaje al nordeste de Brasil, más específicamente de Maceio y Maragogi, invitados por LATAM y las autoridades de turismo del estado de Alagoas. El grupo de viaje, de unas 25 personas, estaba compuesto por agentes de viaje de agencias como Abtour, CVC, Geant Travel y Jetmar, entre otras -además del fotógrafo Adrián Echeverriaga y yo, invitados para escribir una nota sobre este destino en nuestra revista Galería.
Al regreso, en una cadena de mails con los chicos, me llegó  correo sobre la profesión del agente de viajes. 

Pero antes los dejo con una fotos del grupo para que conozcan a esta gente que se dedica a esa profesión tan sencilla.

 
Hace unos días me encontré un amigo y me preguntó a qué te dedicas, le contesté "soy Agente de Viajes" y luego de preguntar varios, rutas, itinerarios de vuelos, precios, etc... me comentó: ah… qué sencilla profesión!!!!

Yo me dije:
 




Claro que es sencilla, sólo tengo que:

Conocer de Ventas 

Tengo que entender de Contabilidad, retenciones I. V. A. e impuestos de todo el mundo. 

Por supuesto saber de relaciones públicas, Marketing, y Administración de Empresas 

Tener conocimientos básicos de Ingeniería a fin de saber qué estructura tiene cada hotel, ciudad, etc. 

Conocer de aviación, saber que equipo es un 747, cuántos puestos tiene, cuantos motores y en que lugar se encuentran, dónde se encuentra cada una de las salidas de emergencia, donde ensamblan los aviones etc... 

Debo saber de Meteorología, porque es obvio que tengo que considerar las condiciones del clima durante el vuelo y durante el viaje de mis pasajeros 

Tengo que saber de Informática para enviarle el correo en el formato que lee su equipo. 

La Geografía, es mi segundo fuerte. Cómo no voy a saber dónde queda Vilnius?? (en Lituania por cierto). 

Tener un master en psicología, para entender que lo que pide el pasajero no significa que es lo que quiere. 

Cura para guardar secretos y confesiones de los que van con amantes, novias (os) y cachos. 

Debo ejercitar mi memoria a fin de recordar direcciones, números de cédulas, tarjetas de crédito, código de viajeros frecuentes, nombres y edades de cada uno de los integrantes de una familia. 

Debo saber y entender al menos 8 idiomas, para no confundir GENEVE CON GENOA en ingles y reservar a un pasajero que va a GENOVA (Genoa) a Ginebra (Geneve)
Claro debo recordar el código de confirmación de una reserva que me hicieron hace seis años, aunque el pasajero no la recuerde ni guarde su copia, o si la hizo con su apellido o con el de su primer marido.

Para mi no es ningún problema conseguir 7 suites comunicadas con vista al mar en área de no fumadores y cada una de ellas con dos camas, y estoy totalmente de acuerdo con que es mi culpa que el hotel no tenga zona de aterrizaje de helicópteros ni piscinas privadas.

Claro que estoy mintiendo cuando le digo que ya no quedan lugares en la tarifa más barata y que ya no hay habitaciones en Margarita para el Carnaval con 3 días de anticipación.

No, no hay ningún problema para nosotros en construir unas habitaciones de más, en el hotel que Ud. prefiera, y en esta ocasión no olvidaremos hacer la zona de aterrizaje de helicópteros.

Soy capaz de chequear la tarifa para tres personas, hacer seis reservas y contestar quince llamadas, todo al mismo tiempo, tan solo para lograr la venta si acaso de un boleto 

Claro que sé cuánto demora ir a pie de su hotel en San Petersburgo a una tienda de pieles y que clima hará dentro de 3 semanas en Seattle.

Debo conocer todos los días de fiesta y no laborables en cada uno de los países del Mundo no vaya a ser que cuando Usted llegue este todo cerrado y la culpa sea mía.

Tendré que saber cuantos cajeros automáticos existen alrededor del lugar donde usted se quedará para que no corra riesgo al sacar efectivo.

Debo creer siempre en su palabra y los menores a los que quiere que le aplique el 50% de la tarifa están dentro del rango que usted dice y no del que dice el documento de identidad que debe traerme.

Me hago responsable por la mala comida del avión, por el mal trato de cualquier aeromoza, por los excesos de trafico aéreo y correspondientes demoras, por huelgas, por el cobro adicional por seguros tomados cuando alquilo su auto, porque no haya sacado su visado a pesar de que se lo dije 3 veces, por la sobreventa de boletos.

Soy responsable porque imaginó que su habitación sería más grande, por la limpieza de la habitación, porque hubo que operarlo y no tenía seguro de asistencia y ni recuerda que se lo ofrecí y hasta por el huracán que lo agarro en la Riviera Maya.

Cómo se le ocurre que me voy a molestar cuando después de haberme pasado más de "10 horas" montando su viaje e itinerario, me dice usted que "ya lo reservé por Internet y ahorré mas de la mitad ". Y claro que nunca me enfurezco cuando recibo una llamada a mi celular a medianoche para decirme que el billete que usted compró en Internet estaba sobrevendido y que esta usted tirado "in the middle of nowhere" (en medio de la nada) ya que le cancelaron su reserva y no puede llamar al proveedor de Internet para que lo proteja en otro vuelo.

Soy responsable porque Ud. no me dio un número contacto en su lugar de destino y cambiaron su regreso y no tenían donde avisarle, además de que Ud. no llamo a reconfirmar su vuelo porque el número que le di no le contestaba.

Para mi es un orgullo ser Agente de Viajes... 

Me regocijo cuando la gente se acerca a mi a la mitad de una fiesta o en la playa y espera que me sepa de memoria la tarifa aérea de Madrid a Katmandú y las frecuencias de vuelo entre Dusseldorf y Dublín, me siento feliz cuando no puedo disfrutar de un momento de tranquilidad en cualquier lugar sin que alguien quiera que le prepare todo el viaje de vacaciones que piensa hacer en 5 años.

Me encanta cuando todo el mundo asume que viajo a cualquier lugar del mundo "gratis" y que me lo conozco entero.

Sonreímos, nos excusamos y no tiramos la toalla cuando nuestro jefe nos llama a su oficina para hablar muy seriamente respecto a la cotización que nos pidió el mejor cliente de la empresa, que aún no tiene fechas precisas ni numero de personas pero que quería para ayer, a pesar de saber que estuvimos ocupados vendiendo un grupo de 50 personas que ya tiene un abono y que estaba en tiempo limite de emisión.

Yo sonrío, empatizo, simpatizo, consuelo, escucho, engatuso, cambio, subo, bajo, cruzo, me peleo con el tour operador, batallo con la línea aérea, sonrío otra vez, cobro, encajo, saco copias, despacho motorizados, cobro y arreglo hasta la impresora.

Estupefacto, de tanto pensar sólo pensé verdaderamente es sencilla mi profesión!...

Firma: un agente de viajes

En tierras de la señora de los placeres

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Apadrinada por la virgen Nossa Senhora dos Prazeres, Maceió recibe desde su flamante aeropuerto —el Internacional Zumbi, inaugurado en 2005— a los visitantes de Alagoas, un estado del norteste brasileño con 230 quilómetros de costa, donde se mezclan modernos paisajes ciudadanos de la capital —allí hay cadenas internacionales de hoteles como Ritz y Radisson—, relajados pueblitos de pescadores con posadas sobre la playa donde la consigna es desenchufarse, y puntos de interés histórico como Mariscal Deodoro, ciudad tierra adentro que data del siglo XVII y está considerada Patrimonio Histórico Nacional. 

Una negra parecida a Queen Latifah camina por la arena mientras grita “¡Ole a cocada do amor. ¡Que delicia! Você proba e se apaixona” con una sonrisa de oreja a oreja que destaca sus dientes blanquísimos.
De las palmeras altísimas bajan dos morochos con una cajita artesanal de madera —que parece de fósforos pero un poco más grande— y se acercan a un grupo de turistas. Le ponen un billete de 50 reales adentro (unos 500 pesos), la cierran y dicen: “quem abre, fica”. 
Familias, parejas que por lo acarameladas parecen estar en plena luna de miel —y otras que por su edad podrían estar festejando las bodas de oro— se desparraman entre puestitos que venden choclos, artesanías, pareos, vestidos, frutos del mar o cocos y ananás ahuecados, rellenos de jugos y cócteles. 
La escena se desarrolla en una de las playas de turquesa agua tibia de los 230 quilómetros de costa del estado de Alagoas, en el nordeste de Brasil. Algunas de estas playas son tan agrestes y de difícil acceso como nuestro Cabo Polonio y otras están rodeadas de pequeños pueblos de pescadores, salvo las de su capital Maceió, que con altísimos hoteles y edificios sobre la rambla parece una versión brasileña de Miami Beach. 
Sin haber descubierto por cuenta propia la forma de abrir las cajitas —hubo que comprarlas para conocer el secreto— se retira con la piel colorada por el sol y agua salada en el pelo un grupo de agentes de viaje uruguayos invitados a conocer Alagoas por LATAM y la Secretaría de Turismo de Alagoas, que también convocaron a esta periodista y a un fotógrafo de Galería. Después de haber descubierto que, aunque el Evangelio no lo dice, en su versión brasileña el paraíso está lleno de vendedores ambulantes. 

Bem-vindo ao nordeste. Con un poco más de 27 mil quilómetros cuadrados (el tamaño que suman Rocha, Lavalleja y Maldonado juntos), Alagoas es el segundo estado más chico de Brasil, pero concentra casi tantos habitantes (poco más de tres millones) como el Uruguay entero. El nombre, que significa “las lagunas”, se lo dan las 22 lagunas que pueblan su interior. 
Ubicada casi en el medio de la franja costera del estado yace su capital Maceió con una pintoresca rambla que recorre sus ocho quilómetros de costa. En el medio está el puerto de la ciudad y al norte los turísticos barrios de Pajuçara, Ponta Verde y Jatiuca, donde se agrupan los hoteles y restaurantes más coquetos de Maceió, la mayoría sobre la avenida costanera con vista hacia el mar. 
En cambio al sur del puerto está la rambla de Jaraguá, el lugar indicado para encontrarse con locales que salen a tomar aire o correr luego de una jornada de trabajo. Sin embargo, aunque el color del agua mantenga el turquesa de la zona turística y parezca hiper limpia, aquí no verá a nadie en el agua, pues está contaminada. 
El puerto y la playa Jaraguá —cuyo nombre en lengua tupí significa “puerto natural de las canoas”— forman parte del centro citadino, donde se encuentran los bancos, museos y universidades. El turista que quiera agregar un poquito de cultura a su rutina playera se encontrará aquí con la Catedral Metropolitana de Maceió, fundada hace casi 200 años, que hasta en su nombre (Nossa Senhora dos Prazeres, la virgen patrona de Maceió, que traducido sería Nuestra Señora de los Placeres) refleja el espíritu relajado del cálido nordeste brasileño. 
Esta ciudad, que vio nacer al músico Djavan y en 2002 se convirtió en la primera de Brasil en ser elegida como Capital Americana de la cultura, tiene desde hace pocos años un modernísimo centro Centro Cultural y de Exposiciones que incluye al teatro Gustavo Leite, uno de los más importantes del estado junto al centenario teatro Mariscal Deodoro. El Museo Instituto Histórico y el Palacio Floriano Peixoto aparecen también en todo city tour que le puedan ofrecer, acompañados por una vista de la ciudad desde lo alto de un morro. 
Rambla del barrio Ponta Verde, donde están los hoteles Maceió Mar y Ponta Verde, donde nos alojamos muchos de los del grupo.
La vista desde la ventana de mi cuarto
El hotel Mitsubara, en Maceió, incluye un parque acuático para niños.
Ciudad relax. Yendo hacia el norte, el barrio costero Pajuçara —que se pronuncia payusara— da la bienvenida a la zona de hoteles y edificios residenciales de los habitantes de mejor poder adquisitivo. De aguas calmas que la convierten en ideal para ir con chicos, Pajuçara ofrece una rambla salpicada de paradores sencillos de estilo familiar, con techo de quincho, muebles de plástico, cervezas de litro y pescado frito recién capturado. 
Esto, que se repite en los vecinos barrios de Ponta Verde, Jatiuca y Cruz das Almas, es el estilo de este balneario donde la única sofisticación es la simpleza. Donde hay cinco estrellas como el Radisson Maceió y el Ritz Lagoa da Anta, pero incluso a ellos la decoración es un poquito menos afrancesada que de costumbre, en pos de un ambiente más familiar. Donde los niños son tan importantes que otro hotel —el Matsubara, vecino del Ritz— incluyó en sus instalaciones un auténtico parque acuático a lo Disney. Donde no hay tiendas de Armani, Gucci o Louis Vuitton, sino una feria y mercado de artesanos donde abundan las prendas bordadas en filé, un tejido artesanal en base a fibra de bananero que se asemeja al crochet. Donde los visitantes prefieren los almuerzos buffet antes que las cenas con cinco tenedores. Maceió es la sede de un nuevo tipo de lujo, que pasa por la sencillez de poder relajarse en familia.  
El flan brasilero, que le agrega leche condensada a la receta tradicional, fue mi perdición -y la de medio grupo- durante todo el viaje
También hay opciones para sibaritas, como los dos restaurantes del Ritz Lagoa da Anta: Cana Café Brasserie y Le Sururu Bistrot Nordestino. Este último, que fue destacado en una reseña de la prestigiosa revista brasileña "Veja", fusiona la gastronomía francesa con productos del nordeste y debe su nombre al sururú, un marisco parecido al mejillón, de supuestas propiedades afrodisíacas, que abunda en la zona. 
Lopana, un parador con música en vivo ubicado en plena rambla de Pajuçara que a simple vista apenas se distingue del resto, figura en el número 6 de Trip Advisor entre los 277 restaurantes registrados en Maceió. Tiene como habitués a la mayoría de los habitantes alagoanos de mayor poder adquisitivo, según informó a Galería el brasileño Osmán "Bocha" da Silva, guía de turismo que acompaño a este grupo durante todo el viaje. Otro de los favoritos locales para los amantes de la alta cocina es el peruano Wanchako, en Jatiuca. 
Algunas de las exquisiteces que predominan en esta región son los camarones, que vienen en un tamaño levemente menor al que se consume en Uruguay, el cangrejo, la langosta —este crustáceo incluso tiene su propio festival gastronómico anual, cuya cuarta edición se celebrará en noviembre— y el pescado nordestino. Otros infaltables son el pão de queijo—hasta cadenas rápidas como McDonalds ofrecen este producto—, la tapioca (una especie de panqueque de harina de mandioca) frutas como mango y mamao, y refrescantes jugos o helados de cajá y graviola. También lo pueden sorprender por su delicioso sabor productos tan sencillos como el puré y el flan, pero lo refrenarán las calorías que contiene su secreto: le agregan leche condensada, un ítem infaltable en la cocina de cualquier brasileño. 
Llegada la noche —que aquí se anticipa y cae antes de las seis de la tarde— no espere la alocada movida nocturna de Praia da Pipa, Ferrugem o Porto Seguro. Sin embargo hay paradorcitos rústicos sobre la playa donde detenerse a tomar una cerveza o caipiriña, pubs con música en vivo como Coconut —que pronunciada en portugués se transforma en "coconuchi"— o la cervecería Maikai. Quienes quieren seguir la fiesta hasta tarde, lo pueden hacer en la disco Le Hotel. 
El grupo de viaje
Litoral norte. Aunque Maceió tiene piscinas naturales frente a Pajuçara, a dos quilómetros de la costa, las más famosas del estado están en Maragogi y Japaratinga, dos pueblitos de pescadores ubicados a unos 120 quilómetros al norte de la capital, casi en el límite con el estado de Pernambuco. Esta zona es el segundo polo turístico del estado después de Maceió, pues a 10 quilómetros de la costa hay gigantes bancos de arena que cuando la marea está baja permiten caminar en medio del océano para disfrutar de sus arrecifes de coral y nadar entre grandes cardúmenes de coloridos peces, tanto con un snorkel como alquilando un equipo completo de buceo. 
Lejos del paisaje citadino de Maceió, aquí la consigna es dedicarse al dolce far niente bajo una palmera, alojándose en all inclusive como el Maragogi Gran Oca o el Salinas Maragogi Resort, sin calles asfaltadas que se interpongan entre sus jardines y la playa. 
El Gran Oca, que invitó a este grupo a alojarse allí dos noches, parece más un barrio privado caribeño que un hotel. Gran parte de sus 229 habitaciones son cabañas, instaladas en un jardín rodeado de palmeras y de piscinas ondeadas que simulan un lago. Las habitaciones no tienen teléfono ni wifi, aunque si los hay en recepción y áreas comunes. Pero todo está ideado para que el huésped se relaje y desconecte. Salvo por las piscinas naturales, a las que se puede llegar contratando un barco desde la playa del hotel, hay poco para recorrer en los alrededores. Por eso es ideal para las personas cuyas vacaciones ideales son en un hotel all inclusive: tiene dos restaurantes —uno grande buffet y otro más pequeño y sofisticado—, un bar exterior y shows musicales diarios de alto nivel. Ni bien termina el show sube el volúmen en la propia discoteca del Gran Oca, que está abierta hasta las dos de la mañana.  
En unos barquitos de Maragogi nos llevaron a unos bancos de arena frente a nuestro hotel. Cuando la marea está baja te llevan a unas piscinas naturales a varios kilómetros de la costa, pero no tuvimos tanta suerte porque había marea alta.
A diferencia de la ciudad de Maceió, las playas del balneario Maragogi son super tranquilas, sin calles que separen los hoteles de la playa.
Rumbo al sur. Los que eligen no hospedarse en la capital buscando un hotel en una zona relajada como Maragogi pero con más ofertas culturales a mano, tienen como favorita a la Praia do Francés, una de las imágenes más frecuentes en las postales de Alagoas. Una barrera de coral paralela a la costa permite que sea mansa y brava a la vez y esto la vuelve simultáneamente atractiva para surfistas y padres de niños chicos. Luego de Australia, la del nordeste brasileño es la segunda barrera de corales más grande del mundo. 
Esta playa se ubica unos 25 quilómetros al sur de Maceió y a cinco de la histórica Mariscal Deodoro, ciudad tierra adentro que ronda los cuarenta y cinco mil habitantes. Fue fundada en 1611 como fuerte contra el ataque de piratas y corsarios que arrasaban con esas zonas a principios del siglo XVII. Con su arquitectura de estilo colonial, adoquines que datan de su fundación e iglesias majestuosas, la ciudad fue declarada Patrimonio Histórico Nacional por el Ministerio de Cultura de Brasil. 
Siguiendo su ruta hacia el sur, a 45 Km. de Maceió se encontrará con la Praia do Gunga, que durante años sirvió de refugio de muchas celebridades y está considerada una de las 10 más lindas de Brasil, en parte porque aún conserva su aire de playa escondida, y también por el plus que aportan sus palmeras cocoteras: allí está la mayor concentración de estos árboles por metro cuadrado de todo el estado. 
Hasta hace poco tiempo el acceso a ella estuvo limitado por el propietario de las tierras que la circundan —sólo se podía acceder en barco— pero hoy los caminos están abiertos. Eso sí, hay que contratar tours, pues no se permite el acceso a vehículos privados. 
Un par de paradores y varios puestitos de venta de artesanías y fruta contribuyen a otorgarle un cierto aire hippie, que salvando las distancias, recuerda por momentos a nuestra Rocha. 
Probablemente haya sido en esta playa que el sonriente clon de Queen Latifah nos ofreció su cocada del amor, un dulce elaborado con coco al que marketineramente le había agregado la propiedad de filtro de amor. Pero nadie necesitó ninguna pócima para enamorarse de este estado con clima tropical tibio, que se traduce en una media anual de 28 grados —la mínima más baja que se registra en invierno son 17º— donde se puede ir de vacaciones durante casi todo el año. 

Carina Fossati 
invitada a Alagoas 


Praia do Gunga, estado de Alagoas.
El Grupo LATAM Airlines ofrece dos vuelos diarios a Maceió vía San Pablo en aviones Airbus 320 y 321. Los pasajes se pueden comprar en www.lan.com, por teléfono al 2712 5555, en oficinas de LAN y TAM (Ellauri 343 frente a Punta Carretas Shopping) o en su agencia de viajes favorita.

De yapa les dejo una foto que me sacó Adrián, el fotógrafo de Galería, y me encantó. También la que le saqué yo a él, siguiendo sus consejos.

#Montevideo

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16 Instagrams de Montevideo, la capital de Uruguay.

#Plaza Independencia #Palacio Salvo #Centro
#Plaza Matriz #Ciudad Vieja
#Plaza Independencia #Centro
#Plaza Cagancha #Centro
#Fuente de Candados #Avenida 18 de Julio #Centro
#Intendencia de Montevideo #Avenida 18 de Julio #Centro

#Verdulería #Centro
#Palacio Legislativo #Aguada
#Torre de las Comunicaciones Antel vista desde el #Palacio Legislativo #Aguada
#Plaza Ramírez #Parque Rodó
#Plaza Ramírez #Parque Rodó
#Rambla #Pocitos
#Rambla #Pocitos
#Rambla #Pocitos
#Rambla #Pocitos
#Plaza Gomensoro #Pocitos

Primer encuentro de bloggers del Uruguay

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Hoy miércoles 4 de diciembre se realizó la primera reunión de Bloggers de Viajes del Uruguay. En el Tranquilo, un bar montevideano del barrio Pocitos, se reunió una bloguera argentina radicada en Uruguay, Lorena, de www.quememorialamia.com y Twitter @quememorialamia -acompañada por su novio Álvaro, uruguayo-; con el uruguayo oriundo de Rocha Andres Vogler de www.bitacorasdeviaje.com  @bitacorasdviaje; quien escribe @carifossati de www.hillstoheels.com ; y Germán de www.serenablues.com @SerenaBluesTrip, propietario además del Serena Blues Hostel, en Arachania, a medio camino entre La Paloma y La Pedrera.
Luego de presentaciones y puestas a punto sobre el origen y las inspiraciones de cada blog, los bloggers viajeros germinaron la idea de un mini blogtrip en conjunto, del cual próximamente habrá noticias en los blogs y Twitters de todos.  

www.bitacorasdeviaje.com
 
 
www.serenablues.com



www.quememorialamia.com
 
 
www.hillstoheels.com

Los hombres (te) engordan

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No es nada nuevo. Pasa en Uruguay, en Nueva Zelanda y en el resto del mundo. Las mujeres cuando nos ennoviamos engordamos. Y cuando dejamos perdemos kilos a lo loco. A veces asociamos que una amiga está mal cuando dos meses después de una ruptura la vemos hecha un fleco. Nos preocupamos. Y algo de eso hay: el desamor te saca el hambre más que cualquiera de esas pastillas de centella asiática, los tés de colores y otras cosas naturistas que venden en Farmashop y que una compra con la ilusión de un niño que le escribe una carta a Papá Noel.

Pero también es verdad que con los novios cambias el bolichito por restaurante, las ensaladas por las pastas y las corridas por la rambla Pocitos por las siestas (compartidas) y cine con pop (en mi caso del grande). Y ni te digo la combinación letal: novio + invierno. El invierno engorda. Habría que pasar seis meses en Uruguay, y los otros seis en un país del hemisferio norte. O pasar seis meses por año ennoviada, y los otros seis soltera.

El Hobbit II y la desolación de Cari

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Si Sheldon fuera mujer, y si en vez de tener ese IQ que le permite ser el líder de la serie “Big Bang Theory” apenas promediara la media —o sea, si solo te quedás con su cabeza infantilmente fantasiosa y sus comentarios descolocados— tendría en mi su alter ego.

Tal vez como mujer resulte raro que una no le encuentre el encanto a las películas humorísticamente románticas de Cameron Díaz o Renée Zellwegger chocandose contra algún poste cada vez que se cruzan con el tipo que les gusta. A ver: eso me pasa a mi casi todos los días y nadie me ofreció protagonizar una película.

Quizás sea porque algunos al cine vamos a buscar toda la magia que no encontramos en nuestras vidas reales. En las películas de superhéroes, cuando los galanes te invitan a dar una vuelta, te llevan volando a recorrer el mundo. En la vida real, cuando el galán te invita a dar una vuelta, lo que quieren es llevarte a su apartamento. Dos ejemplos de este año para inspirarse: el rubio buenmozo de “Thor” (Chris Hemsworth), que abandona su fantástico mundo para tener una vida terrenal junto a Natalie Portman, y el Superman de “El Hombre de Hierro”, interpretado por Henry Cavill, con guión y producción de Christopher Nolan (el mismo de la última trilogía sobre Batman).

Este mes llegó a la cartelera un must see para nosotros los nerds: “El Hobbit: La Desolación de Smaug”. Es la segunda de las tres películas que Peter Jackson está haciendo sobre el “El Hobbit”. Para entenderla alcanza con saber que es una novela fantástica escrita por Tolkien durante la década del 20 que transcurre en un mundo donde los hombres conviven con magos (Galdalf es el más importante de todos), elfos —unos seres hermosos e inmortales—, enanos, hobbits —ser parecido a un hombre pero más bajo, de pies peludos y orejas muy grandes, como el protagonista Bilbo Bolsón— y orcos, unos bichos feos y poco inteligentes pero tan sanguinarios que hacen temblar a todos los demás.

Tuve la suerte de estar viviendo en Nueva Zelanda el año pasado, donde se filmó esta trilogía y la de “El Señor de los Anillos”. El estreno de la primera película sobre El Hobbit fue en diciembre (2012), y las calles de todas las ciudades y pueblos se tapizaron de afiches evocativos. Conocí a dos argentinos que trabajan en Weta Digital, una compañía de Jackson que se encarga de la animación digital y after effects de estos filmes que los nerds de acá devoramos como pan caliente. Uniformados ambos con remeras de algodón de superhéroes y mezclando su nerditud con aires “langas” porteños que mal no les quedan, aclararon que en principio la idea era que la historia de El Hobbit se dividiera solo en dos filmes, pero que Jackson se fascinó tanto con la calidad de las horas de material filmado que decidió dividirlo en tres.

El Hobbit II, que ya recaudó cinco millones de euros en España a solo una semana de estrenada, ofrece 2 horas y 40 minutos en los que uno puede olvidarse de las facturas impagas de UTE y Gastos Comunes que esperan el aguinaldo para saldarse, por haber priorizado los regalos navideños, las compras del black friday y la seguidilla de despedidas con personas que uno probablemente no vuelva a ver hasta diciembre de 2014. Y además, nos permite imaginarnos a un elfo buenmocísimo como Orlando Bloom que nos conquiste para siempre, mientras que en el mundo real los chicos que se te acercan parecen hobbits, se creen lindos como elfos, usan los hechizos de los magos para engancharte, y después se comportan como unos orcos.

Montevideo by bus

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Andrés (www.bitacorasdeviaje.com), yo (www.hillstoheels.com), Alvaro y Lorena (www.quememorialamia.com)
nos vamos a recorrer Montevideo en bondi. ¿Te subís?
No escuchamos a Jaime Roos cantando “parece mentira las cosas que veo... por las calles de Montevideo”.

En vez de eso, ni bien nos pusimos los auriculares sentimos prolijas voces de locutores que nos dieron la bienvenida en alemán, árabe, español, francés, inglés, italiano, portugués e incluso japonés.

Era el sábado 21 de diciembre, hacía un calor tremendo y recién nos subíamos al Bus Turístico de Montevideo con los chicos de la Red de Bloggers de Viajes de Uruguay (Lorena y Alvaro de www.quememorialamia.com, y Andrés de www.bitacorasdeviaje.com) para hacer nuestro primer paseo en conjunto, twiteando e instagrameando en vivo (para ver eso tenes que escribir #ViajerosUY en Twitter o Instagram) y después subirlo a nuestros blogs.

Te invitamos a hora a recorrer algunos de los sitios turísticos más importantes de Montevideo junto a nosotros. Podés tomarte el bondi, podes imprimir este posteo y usarlo como guia turística aunque recorras la city caminando, en auto o en omnibus de linea. Incluso si no tenés pensado venir a Montevideo, podés usar la imaginación y viajar con nosotros. Be our guest.

El Bus Turístico Descubrí Montevideo es un servicio de la Intendencia de la ciudad operado por la agencia Coit Viajes & Turismo que funciona como los clásicos Hop On – Hop Off internacionales: realiza un recorrido circular por los puntos con mas atractivos turísticos de la ciudad, repartidos en paradas (en Montevideo son 10) y por lo que dura el ticket (24 o 48 horas) el pasajero puede bajarse donde le interese, pasear, y esperar al próximo bus para seguir con su recorrido.

Ampliar Mapa

Recorrido.

Parada 0 – Mercado del Puerto (Barrio Ciudad Vieja)
Parada 1 – Juncal y Sarandí (Barrio Ciudad Vieja)
Parada 2 – Explanada Municipal de la Intendencia de Montevideo (Barrio Centro)
Parada 3 – Palacio Legislativo (Barrio Aguada)
Parada 4 – Jardín Botánico (Barrio Prado)
Parada 5 – Termina Tres Cruces (Barrio Tres Cruces)
Parada 6 – Estado Centenario (Barrio Parque Batlle)
Parada 7 – Montevideo Shopping Center (Barrio Pocitos)
Parada 8 – Shopping Punta Carretas (Barrio Punta Carretas)
Parada 9 – Parque Rodó (Barrio Parque Rodó)
Parada 0 – Mercado del Puerto (Barrio Ciudad Vieja)
 
 
Parada 0
Corriendo llego a la parada mientras leo en el camino los mensajes de Wasapp de Andrés, que avisa que el ya llegó, y después de Lore alarmada: “¡se va el bus!”. Porque quedamos en subirnos todos juntos al que sale a la una de la tarde desde la parada del Mercado del Puerto, y hacer juntos todo el recorrido, que dura aproximadamente dos horas si no te bajás en ninguna parada. Si te bajás, el siguiente bondi pasa después de una hora. Mucho calor en Montevideo. Menos mal que la parte de arriba de este bondi, que tiene dos pisos, es techada. En otros países la parte de arriba no tiene techo, asi que cuando llueve o cuando el sol está tan fuerte como hoy te queres matar. Hasta en las cosas más chiquitas te das cuenta que... Uruguay es el mejor país!
La parada 0 está enfrente al Puerto de Montevideo

Parada 1.
La primera parada es en la Puerta de la Ciudadela, uno de los pocos vestigios que quedan de cuando nuestra ciudad era amurallada. Hacia un lado de la puerta está lo que sería la “ciudad nueva”, empezando por la Plaza Independencia, con un monumento a Artigas -nuestro héroe nacional- al que miran el edificio del Poder Ejecutivo, que es la sede de la presidencia del país. También está el Palacio Salvo, el hotel cinco estrellas Radisson Victoria Plaza y en diagonal nuestro Teatro Solís, uno de los teatros más antiguos de Montevideo.
Del otro lado de la puerta, la Peatonal Sarandí lleva a adentrarse en la Ciudad Vieja o Casco Histórico de Montevideo para terminar dentro del Rio de la Plata rodeado de pescadores gracias a la Escollera Sarandí, pasando por plazas como la Matriz (donde está nuestra Catedral) y la Zabala (donde está el Palacio Taranco) 
 

 ¿Me puedo sentar acá?

Parada 2.
El bondi agarra por 18 de Julio, la avenida principal de nuestro barrio Centro, y ofrece su siguiente parada en la Intendencia de Montevideo, un edificio de ladrillos en cuya cima hay un mirador de acceso gratuito aunque horario muy acotado (L a V de 11.15 AM a 3 PM, sab y dom de 11.15 AM a 12.30). Los tickets para poder subir se piden en una oficina de información turística que hay en la explanada del edificio.
Al pasear por esta parte de la ciudad vale la pena mirar para arriba: lo mas lindo que verán será las cúpulas de varios edificios, como las que coronan los edificios donde estuvieron los extintos Café Montevideo y Café Sorocabana, ambas sobre la Plaza Cagancha. En 18 y Río Negro (reconocerán la esquina porque tiene un Mc Donalds) verán una muy original, adornada con una escultura del titán Atlas. Allí estuvo por varias décadas la tienda por departamentos London París, un icono de la ciudad antes que se abrieran Shopping Centers en otros barrios.
Otra cosa interesante para mirar es la fuente de candados, en la esquina del Bar Facal. La pusieron sus dueños y espontaneamente varias parejas apostaron a sellar su amor allí, basados en las románticas novelas del italiano Federico Moccia "Tre metri sopra il celo" y "Ho voglia di te", que después se transformaron en películas.
También es linda la arquitectura de la Facultad de Derecho (18 de Julio entre Eduardo Acevedo y Tristán Narvaja) y los domingos en Tristán Narvaja también le pueden resultar interesantes a los turistas, porque se hace una feria de cachivaches muy típica.

#Intendencia #Parada2
#FuenteCandados #18DeJulio

Parada 3.
El Palacio Legislativo, donde están las oficinas de los senadores y diputados que forman el Poder Legislativo del Uruguay. En el interior de este edificio se destaca el “Salón de los Pasos Perdidos”, un espacio muy bonito en el centro del edificio con vitraux y techo abovedado. Para la decoración se utilizaron mármoles nacionales de distintos colores, mosaicos así como esculturas y bajorrelieves de los artistas Edumndo Partti, José Belloni, y Juan Buffa. Se puede conocerlo mediante visitas guiadas. Hasta el 26 de febrero los horarios son, de lunes a viernes, 11:30,14:00 y 16:00 (en español), y a las 3 de la tarde en inglés y portugués. Se entra por la puerta de la calle General Flores y el costo para extranjeros es de 3 dólares. De los alrededores las mayores atracciones son el recientemente renovado Mercado Agrícola (www.mam.com.uy) un edificio histórico recientemente reciclado donde no solo se venden frutas y verduras, qino que también hay restaurantes y tiendas.
También está en esa zona la Torre de las Telecomunicaciones Antel, un edificio de diseño vanguardista diseñado por el arquitecto Carlos Ott entre 1996 y 2002 que incluye un anfiteatro y un mirador panorámico en el piso 26 de su torre, a 160 metros de altura. Hay visitas guiadas, los horarios se pueden chequear en la web http://www.antel.com.uy/antel/institucional/nuestra-empresa/complejo-torre/Visitas-Guiadas

#PalacioLegislativo #Parada3
 
Parada 4.
Bienvenidos al barrio Prado, la antigua zona aristocrática del país, donde se ubica la residencia presidencial. Aquí solían vivir los presidentes, hasta que nuestro pintoresco José “Pepe” Mujica decidió que prefería seguir instalado en su chacra. Vale la pena bajarse en el Prado para sentirse en la Montevideo elegante de principios del siglo XX, con avenidas de mansiones/quinta antiguas. Si bien unas décadas después la alta aristocracia nacional se fue mudando a Carrasco y hoy incluso a barrios privados en las afueras como La Tahona, muchas de las familias que fundaron la ciudad siguen residiendo en el Prado.
La parada del bus es en el Jardín Botánico, un jardín cerrado repleto de árboles, flores y plantas. Una de las mayores atracciones del barrio es El Rosedal, un paseo dedicado a nuestra poeta Juana de Ibarbourou que tiene cuatro pérgolas coronadas por ocho cúpulas de estilo art nouveau y una fuente en el medio; ideado por el paisajista francés Charles Racine en 1912, ofrece unas 300 variedades de rosas antiguas y modernas. Ideal para ir en primavera, cuando las flores están en su máximo esplendor.
Otro punto interesante es la Iglesia de las Carmelitas, un templo católico de estilo gótico del año 1929 ubicado en la calle Irigoitía, entre Hermanos Ruiz y Av. 19 de Abril. Y si buscás un poco de arte nacional, pienso que el mejor lugar del barrio es el Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes (Av Millan 4015), una villa paladiana que tiene muestras permanentes de nuestros artistas plásticos Juan Manuel Blanes (1830-1901) y Pedro Figari (1861-1938), además de otras exposiciones itinerantes... hace poco, por ejemplo, pude ver ahí una exposición de dibujos del colombiano Fernando Botero que no tenía desperdicio. (Para saber que hay ahora y verificar horarios, la página es
http://blanes.montevideo.gub.uy). Un plus: atrás del edificio del museo está el Jardín Japonés de Montevideo, un lugar chiquito pero muy pintoresco diseñado por un paisajista nipón, que tiene arena, arena, rocas, lago con carpas, una cascadita, una islita, puentes de piedra y de madera, caminos de piedra, muchas plantas y hasta una casa de té.
Last but not least, en este barrio está la Rural del Prado, donde todos los años en setiembre se realiza la feria ExpoPrado (Exposición Internacional de Ganadería y Muestra Agro Industrial y Comercial) que desde hace más de cien años combina stands de distintos países -con todo tipo de productos originarios de ellos- con cabañas de ganado y maquinaria agricola. Además se organizan fiestas, desfiles, conciertos y otras actividades culturales. (Si justo venís a Montevideo cuando coincide alguna, no te la pierdas)

JardínBotánico #Prado #Parada4

Parada 5.
Tres Cruces es la terminal de ómnibus interdepartamentales de la ciudad. Si querés terminar el paseo acá y tomarte directo un bus a otro lado. Hay bondis a todo el interior del país, y también a Buenos Aires y otras ciudades del exterior. Chequeá los horarios en su página web www.trescruces.com.uy. Incluye un pequeño Shopping Center con plaza de comidas.
#Terminal #TresCruces #Parada 5

Parada 6.
No hay visita completa a nuestra ciudad sin conocer nuestro Estadio Centenario (www.estadiocentenario.com.uy). ¿Sabías que en 1930 fue sede de la Copa Mundial de Fútbol? ¿Y que lo ganamos? ¿Y que también volvimos a ganar el Mundial en 1950, pero en el estadio brasileño de Maracaná? Para nosotros los uruguayos, que somos bastante nostalgiosos (nuestra fiesta nocturna mas importante se llama “Noche de la nostalgia” y se celebra todos los 24 de agosto en la mayoria de los boliches del país) hablar de Maracaná es como hablar de “aquellos tiempos” de “vacas gordas” cuando éramos “la Suiza de América”. Por eso se habla coloquialmente de “el fantasma de Maracaná”, y como el año que viene vamos a estar en Brasil por el mundial, una agencia de publicidad aprovechó la idea para hacer uno de sus comerciales. Miralo haciendo click acá, que no tiene desperdicio.
Adentro del estadio también hay un Museo del Futbol. Para los uruguayos el fútbol es tan importante que hay una empresa que se dedica a organizar tours exclusivamente en torno al fútbol... se llama Fanáticos Futbol Tours, si te interesa entra a su web
www.futboltours.com.uy. El estadio está ubicado en el barrio Parque Batlle, que es otro de los parques más importantes de la ciudad. Aquí está el Velódromo, la Pista de Atletismo, el Club de Tiro y el Hospital de Clínicas, un edificio gigante (lo vas a distinguir fácil porque es el mas grande del barrio) donde los estudiantes de la Facultad de Medicina realizan sus prácticas. 
Esta foto es adentro del estadio durante el partido de Uruguay con Jordania,
en noviembre, donde clasificamos para el Mundial de Brasil 2014


Parada 7.
Entramos a Pocitos, el barrio con mayor concentración de habitantes por metro cuadrado -y también donde el metro cuadrado es más caro. La primera parada es en Montevideo Shopping, el primer mall de la ciudad (1985), que queda sobre la Avenida Luis Alberto de Herrera, donde hay varios edificios de oficinas emplazados en modernas torres. Acá también se concentran muchos de los pubs y restaurantes de la ciudad, incluyendo Lotus, su disco mas vip.
Luego el bondi nos pasea por toda la rambla de Pocitos. Montevideo tiene 13 Km. de playas de arena sobre el Río de la Plata y algunos consideramos que la de Pocitos es la mas linda de todas sus ramblas. Presten atención a la Placita Gomensoro (una plaza sobre la rambla con una glorieta en el centro) porque a las pocas cuadras verán, muy escondido entre los edificios que lo rodean, al Castillo Pittamiglio (Rambla Gandhi 633) , una construcción que casi pasa desapercibida pese a tener una proa de barco con la Victoria de Samotracia como fachada. Fue residencia del acaudalado arquitecto Humberto Pittamiglio (1887-1966), de quien se dice que fue alquimista. Vale la pena hacer una visita guiada para sorprenderse con habitaciones llenas de recovecos, puertas y escaleras que no llevan a ninguna parte, y símbolos alquímicos por doquier. Otra forma de conocerlo es asistiendo a una obra de teatro en su interior. Pueden chequear las propuestas y horarios en www.castillopittamiglio.com

 #Rambla #Pocitos
 
Parada 8.
El bus se va a detener en otro centro comercial, el Punta Carretas Shopping (Ellauri 350), inaugurado en 1994. Lo curioso es que este edificio antes albergó una prisión, la Carcel de Punta Carretas, famosa sobre todo por cuando en 1971 (dos años antes de nuestra ultima dictadura, que duró de 1973 a 1985) se fugaron de allí más de cien prisioneros, muchos de ellos presos políticos del movimiento tupamaro.
En las calles que rodean a este shopping también hay un montón de restaurantes, bares y pubs, desde el tradicional La Perdiz (ubicado Guipúzcoa 350 y de los primeros en la lista de los favoritos de Trip Advisor), al mexicano Alebrijes (Miñones 455 esq. Joaquín Núñez) y el muy ondero Bardot, en calle Errazquin esq. Rambla. O para un buen asado uruguayo a un precio accesible, la Pulpería (Lagunillas 448 esq. J. Núñez)
#PuntaCarretasShopping #Parada8
Parada 9.
La penúltima parada del Bus Turístico Montevideo es en el barrio Parque Rodó, que tiene un pequeño parque de diversiones y también un anfiteatro, el Teatro de Verano, donde en febrero se realizan espectáculos de Carnaval, y el resto del año tocan todo tipo de artistas y bandas.
En este barrio los domingos hay feria de ropa, fruta, verduras y más cosas. En diciembre también hay una exposición anual de libros y artesanías. Aquí hay otro punto interesante para los amantes del Arte, el Museo Nacional de Artes Visuales (calle Julio Herrera y Reissig esq. Tomás Giribaldi, web www.mnav.gub.uy) que tiene la mayor colección de obras de artistas uruguayos, de artistas como Rafael Barradas, Joaquín Torres García, José Cúneo, Carlos Federico Sáez, Pedro Figari y Juan Manuel Blanes, entre otros.
Para leer la crónica de Andrés entra a www.bitacorasdeviaje.com 

Para saber que escribieron Alvaro y Lore lee www.quememorialamia.com

Parada 0.

End of story. Dos horas después de habernos subido terminamos el paseo en el mismo lugar donde nos subimos, a una cuadra del Mercado del Puerto (www.mercadodelpuerto.com.uy). Finisce la recorrida con los chicos, pero no mi dia, ya que hace unos minutos me avisaron unas amigas que están despidiendo el año adentro del Mercado.
El edificio tiene 130 años y acá encontrás desde restaurantes paquetes como El Palenque a parrilladas más sencillas y económicas (aunque no demasiado baratas porque este es uno de los sitios más turísticos de la ciudad, y justo queda enfrente a la terminal de barcos, de donde se bajan los que vienen por barco Buquebús desde Buenos Aires, y en cruceros de el resto del mundo). Igual quiebro una lanza por el hecho de que en el Mercado también podés encontrar locales, sobre todo en diciembre, mes de despedidas de la oficina, la facultad, grupos de amigos y demás. ¡En mis épocas de estudiante de la Universidad Católica, los cierres de semestre en el Mercado eran un clásico!
Así que... a comer parrilla y tomar alguna de nuestras dos delicias locales, el vino Tannat o el Medio y Medio (bebida uruguaya que se prepara con medio vaso de vino blanco y medio de champagne u otro espumante). ¡Y a festejar que... Uruguay es el mejor país!
#MercadoDelPuerto #CiudadVieja #Parada0

Tel: (+598) 2908 6469
Precio: 416 pesos (24 horas) y 640 (48 horas)
Horario: el primer bus sale 9 am de Parada 0, y el último a las 5 pm.
Compra de tickets: arriba del bus (solo se puede pagar con tarjeta), Paradas 0, 1 y Oficina Central (efectivo en pesos y dólares o tarjetas), entre otros. Por más información consultarlos a ellos.

*¿Hay algo que quieras agregar?¿O descubrieste algún error? Errar es humano, perdonar es divino. Escribime a
hillstoheels@gmail.com y lo arreglamos en un toque.

#PuntaDelEste

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Hola chicos. ¡Feliz año nuevo!

Como todos los eneros, estamos instalados con un equipo de la revista en Punta, para que todos los jueves te enteres con Revista Galería de Busqueda sobre lo mejor del verano.

Sory, no hay mucho tiempo extra para el blog, pero no me olvido de ustedes así que les dejé una selección de mis fotos preferidas de Instagram.

#Atardecer #Peninsula
#Puerto #Peninsula
#PlayaMansa
#JoseIgnacio, vista desde el #Faro
#Faro #JoseIgnacio
#JoseIgnacio, vista desde el #Faro
#JoseIgnacio #PlayaBrava
#Dedos  #Mano #PlayaBrava
#Dedos #Mano #PlayaBrava
#JoseIgnacio #Carteles
#JoseIgnacio #PlayaBrava
#JoseIgnacio #AtelierDePato
#Puerto #Península
#Puerto #Península #LoboMarino
#Hotel #Conrad #Casino #PlayaMansa
#Playa #Bikini #Manantiales

El trago del verano puntaesteño

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Este verano el trago de moda en Punta del Este es el Aperol Spritz. Está en los boliches de Manantiales como Negroni, en los del puerto como Moby Dick, y noche a noche otros pubs y discos lo van incorporando... aunque todavía es usual que ante el pedido el barman le consulte a otro de sus colegas por la receta. 
Spritz es un cóctel de origen italiano, que originalmente llevaba solo vino blanco, agua con gas y una rodaja de naranja. Con el tiempo se le agregó a la receta un bitter (bebida alcohólica hecha con hierbas y raíces) que tenga naranja de base, como Aperol o Campari. ¿La diferencia? Aperol tiene la mitad de graduación alcohólica y es menos amargo. 
El Aperol se empezó a preparar en 1919 en Padua (Italia), y lo interesante es que ahora también pertenece a la compañía Campari. 
Las recetas experimentan cambios según el país, y a veces hasta según el boliche donde lo tomes: el vino blanco muchas veces se sustituye por champagne (u otro espumante blanco). 
Después de probarlo en varios lugares del este decidí prepararlo y mostrarles el paso a paso, siguiendo la receta que figura en la página web de Aperol (2 medidas de Aperol, 3 medidas de champagne y 1 medida de agua con gas). Y le agregué un chorrito de jugo de la naranja (ese secreto me lo pasó una bartender) te queda mucho mas rico. 
Lo hice con un espumante Chandon extra brut, sin embargo después me enteré que hubiera quedado mejor con Prosecco, un tipo de vino blanco italiano espumoso seco o extra seco que se elabora con uvas Giera. De todas formas quedó muy rico y fue rápidamente elogiado por las tres amigas con las que compartí la previa, antes de que saliéramos a romper la noche puntaesteña. 
Preparar un vaso o copa con hielo y una rodaja de naranja 


Dos medidas de Aperol 

Tres medidas de vino blanco espumante seco 

Y completar con una medida de agua con gas


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